viernes, 15 de octubre de 2010

ESCUELA MARXISTAS


MARXISTAS
 
DEFINICION
El marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo y periodista revolucionario alemán, quien contribuyó en campos como la sociología, la economía y la historia, y de su amigo Friedrich Engels, quien le ayudó en muchos de sus avances en sus teorías.
Concepción teórica, doctrina revolucionaria, enfoque metodológico o movimiento de carácter político, conocido también como socialismo científico, que debe su denominación al filósofo Karl Heinrich Marx. Su formulación ortodoxa consiste en el análisis histórico del conjunto de Las injustas relaciones económicas que, envueltas por una correspondiente estructura ideológica, han ido variando de forma dialéctica para plasmarse siempre en la opresión de los más débiles. Sin embargo, la sociedad burguesa, dividida según Marx y su colaborador Engels en capitalistas que poseen los medios de producción y proletarios alienados, estaría irremediablemente condenada al colapso.
Cuando Los obreros adquiriesen conciencia de su situación, se movilizarían y, victoriosos en la revolución, determinarían finalmente el advenimiento futuro de una nueva realidad sin diferencias de clase social. Coincide con el anarquismo en el énfasis igualitario pero, a diferencia de éste, es partidario de sacrificar la libertad individual y confiar al Estado un papel clave en el tránsito al comunismo. Esta fue la primera escisión del bloque socialista, agrupado hasta entonces en la Primera Internacional, y se produjo en vida del propio Marx.
Tras su muerte, los seguidores de La doctrina han realizado múltiples reinterpretaciones, de forma que no es posible ya hablar de una familia homogénea. El fracaso del determinismo parece haber marcado esta diversificación teórica e ideológica, pues la aplicación efectiva del marxismo, en contra de lo pronosticado, se produjo en países no industrializados y no allí donde la apropiación de la plusvalía era mayor. Así, el leninismo o el maoísmo surgieron para justificar por qué las revoluciones prematuras de Rusia o China no estaban animadas por el inexistente movimiento obrero, sino por pequeñas vanguardias proletarias o grandes masas campesinas agrupadas en el partido.
El marxismo es el sistema de las ideas y concepciones de Marx. Marx continuó y dió genial cima a las tres principales corrientes ideológicas del siglo XIX, representadas en los tres países mas avanzados de la humanidad. La filosoria clásica alemana, la economía política clásica inglesa y el socialismo francés, vinculado con las teorías revolucionarias francesas en su conjunto. La admirable coherencia y la integridad de las concepciones de Marx reconocida hasta por sus adversarios. que constituyen el conjunto del materialismo moderno y el socialismo científico moderno como teoría y programa del movimiento obrero de todos los países civilizados del mundo, nos obliga a hacer un breve bosquejo de su concepción del mundo en general antes de exponer el contenido principal del marxismo, es decir la doctrina económica de Marx”. (Obras Comp!eta Tomo XXII, pág. 142-3).
Pero hoy podemos decir que esta definición del marxismo como doctrina es tan importante como insuficiente. Incluso, hoy no se puede hablar de marxismo a secas, tenemos que hablar del marxismo revolucionario, es decir, de quiénes han sabido recoger toda la herencia teórica y práctica de Marx y las grandes experiencias de la clase obrera en el siglo XIX tales como la revolución de 1948 y la heróica Comuna de París de 1871, quiénes le han dado continuidad y aplicación creadora a toda esta herencia tales como Lenin, Trotsky, el Partido Bolchevique y el proletariado ruso, al realizar la primera revolución triunfante que ha conocido la humanidad.
El marxismo además de ser una doctrina, desde el momento en que logró vincularse al movimiento obrero y echar raíces en él, se transformó en un movimiento social, complejo, dinámico, contradictorio, con las purezas e impurezas del propio movimiento obrero, movimiento dentro del cual podemos encontrar tendencias, corrientes, vertientes y fracciones que reclamándose del marxismo no son auténticamente marxistas.
Definir el marxismo como un movimiento social, es definirlo de manera dinámica, de manera dialéctica y es la única posibilidad de poder explicar lo que pasó por ejemplo entre los años de 1848 y 1871, cuando la Comuna de París, o lo ocurrido entre 1871 y 1914, momento en que estalla la Primera Guerra Mundial, o lo que sucedió entre el triunfo de la primera revolución obrera: la Revolución Rusa y la consolidación del stalinismo en la Unión Soviética y en el movimiento comunista internacional en el año de 1929, así como también poder explicar todos los acontecimientos una vez que la Oposición de Izquierda, comandada y dirigida por Trotsky, fue derrotada y hasta cuando funda la IV Internacional en el año de 1938 y el desarrollo que ha tenido la IV Internacional desde entonces hasta ahora.
El marxismo como filosofía
En sentido filosófico el marxismo puede entenderse como una crítica de la filosofía idealista (Hegel) y del materialismo mecanicista (Feuerbach). La crítica de Marx a la filosofía, que se realiza de modo especial en La ideología alemana, aunque lo esencial ya lo había escrito Marx en la Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, tuvo como principal interlocutor a Hegel, ya que Hegel significaba la expresión más madura y modélica de lo que la filosofía era como "interpretación" de la realidad, conteniendo al mismo tiempo los gérmenes para una transformación de la filosofía, y porque en Hegel tenía lugar la consumación teórica e ideológica del mundo cristiano-burgués.
El derrumbamiento del sistema hegeliano vendría a significar el derrumbamiento de la concepción cristiano-burguesa del mundo. Entendiendo por filosofía lo que la "conciencia filosófica anterior" entendió por filosofía, el marxismo lleva a cabo una dura crítica de la "filosofía como filosofía" proclamando su desaparición tras su superación. "La filosofía como filosofía" es conceptuada como una ideología cuya necesidad ha sido histórica, pero que de eliminarse su fundamento real, "la miseria social", ya no será necesaria.
A pesar de todo, el marxismo puede ser considerado en Marx como una filosofía en sentido tradicional, en cuanto que su crítica contenía los gérmenes de una ontología y de una concepción del mundo que se proponía llevar a cabo una clarificación racional de la conciencia, encerraba una cultura y dilucidaba el lugar que debe ocupar el hombre en el mundo.
El marxismo como ciencia
En sentido económico-sociológico, el marxismo pretende ser una teoría de la realidad social, más en concreto de la sociedad burguesa capitalista, una crítica y alternativa a la economía política inglesa (Ricardo, Quesnay, Adam Smith), una "macrosociología" y una ciencia de la historia. La atención prestada a la explicación de la génesis, descripción de la estructura y crítica de la sociedad capitalista, y la predicción del derrumbamiento de esta sociedad, víctima de sus crisis internas y de la fuerza revolucionaria del proletariado, parecen hacer de Marx fundamentalmente un economista y un sociólogo.
La aportación fundamental de Marx a la economía política se encuentra en su obra El capital. Marx demostró el carácter histórico de los modos de producción y de las leyes que rigen su funcionamiento rompiendo con la concepción ahistórica de los economistas clásicos y de sus leyes económicas.
La complejidad de la doctrina económica de Marx puede resumirse en seis rasgos primordiales: 1º) La idea de que los productos lanzados al mercado tienen un precio. 2º) La idea de que para obtener esos productos se usa el trabajo de los asalariados, trabajo al que se da asimismo precio, convirtiéndose en mercancía. 3º) La idea de que lo producido por el asalariado tiene un valor superior al salario recibido por el trabajador, y ello aun descontando los costos de producción, distribución, etc. Este plus en cuestión es la plusvalía, que es arrebatada al trabajador por el capitalista. 4º) La idea de que tanto el progreso técnico como las necesidades de competencia obligan a los capitalistas a formar grandes monopolios, destruyendo este modo las empresas pequeñas y la clase social (pequeña burguesía) poseedora de estas empresas. 5º) La idea de que hay crisis inevitables en el mercado capitalista (crisis de superproducción, por ejemplo) y que estas crisis producen conflictos (incluyendo guerras) en el curso de los cuales el capitalismo se autodestruye. 6º) La idea de que la cantidad de proletarios y desposeídos aumenta a medida que la cantidad de capitalistas y opresores disminuye.
Una interpretación cientificista de Marx ha visto en su doctrina una teoría puramente científica (económica, histórica y sociológica). Convencidos de que Marx, en el curso de su labor investigadora, evolucionó desde la filosofía hasta la ciencia, los defensores de esta interpretación sólo conceden a la obra de juventud de Marx un interés puramente histórico y concentran toda su atención en sus realizaciones de madurez, sobre todo en El capital. Esta interpretación del marxismo fue hecha ya a finales del siglo XIX por los teóricos principales del llamado "marxismo ortodoxo" (Kautsky, Plechanov, Hilferding) al presentar un marxismo, "en indicativo", como una ciencia objetiva no interesada en ningún juicio de valor. Dentro del movimiento comunista, esta interpretación "cientificista" del marxismo hizo sentir su influencia en la versión que le dio la escuela mecanicista, por lo menos hasta 1929.
Pero fue Lous Althusser quien, especialmente en su obra La revolución teórica de Marx, se acercó a la visión "cientificista", aunque no se identificara con ella. Althusser estableció una oposición entre la obra de juventud de Marx y su obra de madurez: entre ambas existiría una "ruptura epistemológica", concepto que Althusser tomó de Bachelard, entendido como el paso de una problemática precientífica, mezclada todavía con ideología, a una problemática auténticamente científica.
El paso de la ideología a la ciencia no significaría, sin embargo, una negación de la filosofía. Cuando en 1845 Marx rompió con el discurso ideológico de su juventud, había fundado ya, dice Althusser, una ciencia nueva: el materialismo histórico; pero, a la vez, una filosofía: el materialismo dialéctico; y esto en un solo movimiento. El objeto del materialismo histórico era la sociedad; el objeto del materialismo dialéctico era el conocimiento científico. El capital, que fue la obra más significativa de Marx, tiene a la vez un significado científico y un significado filosófico. Por un lado, fundamenta la ciencia de la economía, es decir, la ciencia de un determinado sector de la sociedad, y por otro, presenta una nueva concepción del conocimiento.
El marxismo como praxis revolucionaria
En sentido político, el marxismo significa una crítica a la acción política del socialismo utópico francés (Fourier y Proudhon, Saint-Simon, etc.) y una praxis revolucionaria (socialismo científico) encaminada a la transformación de la realidad y de la estructura económico social. En realidad, éste es el gran objetivo que persigue toda la formulación teórica del marxismo desde los primeros hasta los últimos escritos: "los filósofos se han limitado a interpretar variamente el mundo; pero lo que importa es transformarlo", escribió Marx. La teoría marxista, por tanto, logra su suprema concreción allí donde se proyecta en una acción histórica. La praxis revolucionaria, concebida desde un principio como un doloroso proceso de aprendizaje, debía estar abierta a una revisión permanente y a una concreción renovada.
El marxismo, como la teoría de una praxis que se ha articulado a partir de la problemática de la sociedad burguesa moderna y de su civilización industrial, aparece como un intento, sobre todo práctico, por resolver esa problemática de un modo reflexivo y teórico en una determinada dirección. El interés práctico, que en el ámbito teórico actúa como conductor del conocimiento, se expresa en el problema de cómo es posible liberar la creciente productividad del trabajo industrial de las cadenas y de los efectos destructivos que de suyo tiene en su forma de organización capitalista.
El movimiento práctico, mediante el cual se realiza este interés, está concebido en el marxismo como un proceso de autodefensa y autoliberación de aquellos que sufren los efectos negativos de la sociedad burguesa, como emancipación de las clases trabajadoras de las clases poseedoras. Las clases trabajadoras están resumidas bajo el nombre de "proletariado", y el sector que determina el carácter de este movimiento es la mano de obra industrial. El objetivo de este movimiento es la apropiación de los medios de producción modernos por los productores inmediatos. La expropiación de los medios de producción es un momento esencial de esta apropiación, que conduce a una sociedad sin clases en la medida en que se convierta en una apropiación universal, es decir, en la medida en que suprima las limitaciones de la división actual del trabajo y distribuya a cada individuo una cantidad de fuerza de producción.


ORIGENES

El marxismo surgió como una necesidad histórica. Al surgir y consolidarse el capitalismo surge y se va fortaleciendo el proletariado y en este proceso se crean las condiciones para que el marxismo aparezca.
Desde 1844, fecha en que se encuentran por primera vez Marx y Engels, y hasta 1847 se presentan una serie de materiales y trabajos que son preparatorios de la irrupción del marxismo en la historia del movimiento obrero y en la práctica revolucionaria directa. Las tesis sobre Feurbach, La ideología alemana y La miseria de la Filosofía, textos todos aparecidas entre 1845 y 1847 son los antecesores del Manifiesto comunista. El Manifiesto le da feliz término a esta primera fase de la historia del marxismo, desde el punto de vista teórico y práctico. Teórico porque el Manifiesto, de manera genial, formula el programa revolucionario del proletariado y príctico porque su aparición tiene relación directa con el ingreso de Ivlarx y Engels a la liga de los justos, con la transformación de ésta en Liga Comunista en su Congreso de junio de 1847 y con la tarea que la liga le votó a Marx en su congreso de noviembre-dicíembre de 1847, consistente en la redacción de un programa: El Manifiesto Comunista.
Al tiempo que se avanzaba en estos terrenos, las masas de Europa preparaban la revolución de 1848. Por esta circunstancia podemos decir que la aparición definitiva la hace el marxismo en los acontecimientos de la revolución de 1848. En esta revolución el proletariado irrumpe en la historia con una política de independencia de clase, es decir, de manera independiente de la burguesía, lo que había sido imposible anteriormente, pues el proletariado se había movilizado en la lucha pero bajo las banderas y bajo la dirección de la burguesía.
Sintetizando podemos decir que es una revolución, la revolución de 1848 y todos los grandes hechos de la lucha de clases desde 1848 y hasta la Comuna de París, en 1871, los que le permiten a Marx y Engels desarrollar y enriquecer todas sus concepciones teóricas y políticas e implementarlas de manera práctica.
Pero a la altura de 1848, el marxismo era una minoría dentro del movimiento obrero. Dentro de éste predominaban el proudhonismo, o sea el reformismo, y el anarquismo, al que podríamos comparar con ciertas concepciones de la extrema izquierda. Fue una lucha dura, intransigente, sistemática, de Marx, de Engels y de todos sus partidarios, entre 1848 y 1871 para poder derrotar, no de manera definitiva, pero si en una buena medida, el Proudhonismo y el anarquismo al interior del movimiento obrero.
Fue la Comuna de París, el primer intento fallido, de la clase obrera por tomarse el poder, instaurar su dictadura y empezar a construir una sociedad socialista, la que hizo entrar en bancarrota a las concepciones proudhonianas y anarquistas (bakunistas) en Europa, y al misrro tiempo fue el hecho de la lucha de clases que le permitió al marxismo conquistar un destacado papel al interior de la clase obrera convirtiéndose en un movimiento social.
Lenin destaca cómo al final del primer período o sea 1848-1871, un período de tormentas y revoluciones, murió allí el socialismo pre-marxista y entonces nacieron los partidos proletarios, independientes de la burguesía, la Primera Internacional Comunista, fundada en 1864 y disuelta en 1872, y el más importante de todos los partidos socialdemócratas o marxistas de Europa, el Partido Comunista de Alemania.

El objetivo de este artículo es analizar la estructura y la influencia actual del marxismo, dicha ideología constituye un componente fundamental del mundo moderno y su influencia llega mucho más allá del amplio círculo de sus adeptos. Una comprensión correcta de su naturaleza dogmática y de las falsas concepciones sobre hombre y la sociedad en las que se basa el marxismo, son absolutamente necesarias para explicar fenómenos como la sacralización del multiculturalismo, la falta de libertad de expresión para todos aquellos que cuestionan la conveniencia de la inmigración masiva que sufre Europa o la interpretación estrictamente social, obviando cualquier carácter étnico o religioso, que la prensa y los medios de comunicación dan a fenómenos como la violencia inmigrante en Francia.

Para comprender la naturaleza del marxismo comenzaremos por rastrear sus orígenes más antiguos para luego pasar a analizar brevemente su formulación económica realizada por Marx en a mediados del S. XIX. Por último haremos hincapié en los orígenes del marxismo cultural, que comienza a gestarse en los primeros años del S. XX y se convierte en la ideología dominante en el mundo occidental a partir de los años 60. También subrayaremos la paradoja de que el marxismo cultural se ha arraigado con más fuerza en Estados Unidos y Europa Occidental, en los que nunca se aplicó el marxismo económico, que en los países comunistas del Este de Europa, donde el marxismo económico tuvo su aplicación práctica.


ORÍGENES DE LA COSMOVISIÓN MARXISTA:

El universo mental del marxismo se basa en una concepción lineal y determinista de la historia y en una concepción igualitaria de la naturaleza humana. Ambas concepciones hunden sus raíces en corrientes del cristianismo primitivo y en herejías medievales como los valdenses, begardos, bogomilos, anabaptistas etc. Todas estas sectas creían que la historia estaba inevitablemente dirigida hacia un segundo advenimiento de Cristo tras el cual las clases sociales desaparecerían, los hombres serían iguales y el paraíso descendería sobre la tierra, esta visión ha sido retomada hoy en día por muchas ramas del cristianismo actual como la teología de la liberación, según la cual la salvación no es individual sino colectiva y debe ser precedida por la liberación de los pobres en el plano político. Las relaciones entre la teología de la liberación y el marxismo son claras, de hecho ambas corrientes son inseparables en Sudamérica, continente donde la iglesia ha tomado posiciones premarxistas desde la época de Bartolomé de las Casas.

La visión lineal y determinista de la historia, formulada de manera escatológica en las herejías medievales, fue reformulada desde un punto de vista laico por los socialistas utópicos de principios del S. XIX. Fourier escribe que la humanidad va pasando por distintas etapas de desarrollo hasta llegar a un estado idílico y sin clases al que da el nombre de armonía. Los socialistas utópicos como Fourier, Blanc, Babeuf etc. Siguen la línea de pensadores católicos del renacimiento como Tomás Moro y Campanella y se limitan a formular la estructura de una sociedad utópica que deberá alcanzarse en el futuro, sin dar muchos detalles de los mecanismos que conducirán a dicho cambio social. Las ideas de los socialistas utópicos están fuertemente influidas por el pensamiento de Jean Jacques Rousseau sobre el estado de naturaleza y el “buen salvaje”, teoría según la que todos los hombres son iguales y buenos por naturaleza y el mal proviene de las instituciones sociales que pervierten la naturaleza humana. Para Rousseau los pueblos primitivos, no pervertidos por la civilización, son los que se encuentran más próximos de ese estado perfecto de naturaleza.

Obviamente ni Rousseau ni los socialista utópicos tuvieron tenido contacto alguno con civilizaciones distintas de la europea ni pueblos primitivos, sus afirmaciones sobre el estado de naturaleza son mero fruto de su imaginación. Estas teorías del “buen salvaje” no gozaron de aceptación más que en círculos muy reducidos y Marx no se refiere a ellas, sin embargo serán un elemento fundamental en la formación del marxismo cultural y la corrección política del S.XX.

El primero en formular una teoría sólida del cambio social dirigida a hacer posible la aplicación política práctica de las teorías igualitaristas fue Karl Marx. Marx y su colaborador Engels, creen encontrar el mecanismo de la evolución de la humanidad hacia un estado igualitario y sin clases sociales. El propio Marx calificó su obra de socialismo científico en contraposición al socialismo utópico de sus predecesores. Las ideas de Marx se inspiran en la observación de los drásticos cambios sociales ocasionados por la revolución industrial y el desarrollo del sistema de producción capitalista.


MARXISMO ECONÓMICO E INTERPRETACIÓN MATERIALISTA DE LA HISTORIA.

La época en la que Marx desarrolla su obra literaria y su acción política coincide con la revolución industrial, esta época está marcada por una notable mejora del rendimiento de la producción agrícola, debida a la introducción de nuevos abonos y métodos de cultivo, esto, sumado a un gran desarrollo de la medicina hace que la población europea pase de 200 millones de personas en 1800 a 400 en 1900, a los cuales hay que añadir otros 100 millones de europeos que se instalan en Estados Unidos, Australia o Argentina. Este aumento de la población se ve acompañado de un enorme éxodo rural y de la aparición de una importante clase obrera que trabaja en las grandes industrias de las ciudades. La producción masiva de bienes de consumo arruina a los pequeños artesanos, que pasan a engrosar la clase obrera. La ausencia de leyes que regulen las relaciones laborales (los gremios habían sido eliminados en todas partes tras la revolución francesa), hace que la situación de los obreros se deteriore y que nazcan los primeros sindicatos. Todos estos cambios se producen con una rapidez que no había tenido precedentes en la historia.

En este contexto Marx formula dos postulados que constituirán los pilares de la ideología marxista. El primero es una explicación de los cambios sociales y una teoría global de la historia a la que denomina materialismo histórico, el segundo es un estudio en profundidad del sistema capitalista.

Según el materialismo histórico, la cultura, las instituciones, la religión, la metafísica y todo lo que Marx denomina superestructura, están determinadas por la forma de producción y la división del trabajo. Los cambios en la forma de producción hacen que la superestructura quede obsoleta generando una serie de contradicciones que se manifiestan mediante la lucha de clases, cuando las contradicciones se hacen insoportables, se produce una revolución en el curso de la cual una clase dominante es sustituida por otra. La revolución francesa es el ejemplo más claro con el que Marx ilustra este proceso.

Un análisis en profundidad del materialismo histórico nos lleva a la conclusión de que se trata de un argumento circular. El cambio en los modos de producción está a su vez determinado por las innovaciones científicas y técnicas y por las instituciones sociales, las cuales según Marx son parte de la superestructura. Por lo tanto el cambio social está a su vez determinado por las propias estructuras sociales, lo cual implica que el desarrollo histórico es determinista, de ser así todas las sociedades humanas deberían seguir procesos análogos de desarrollo.

Marx considera la historia como un proceso determinista que finalizará con el advenimiento del comunismo en todos los países y la aparición de una sociedad sin clases y sin diferencias entre los individuos, en esto hay una analogía clara con sectas cristianas como los anabaptistas, que anuncian un segundo advenimiento de Cristo y un paraíso sobre la Tierra. La diferencia es que Marx deriva el fin de la historia de una teoría que se dice científica. Los adeptos del marxismo tienen la convicción de que las leyes de la historia están de su parte y que su victoria final es segura en todo el Mundo, del mismo modo que los musulmanes creen que Allah está de su parte y que el Islam terminará imponiéndose en todo el mundo.

El materialismo histórico se basa en la suposición de que los seres humanos quedan completamente caracterizados por la función que ocupan en la división del trabajo, es decir, un trabajador de una fábrica de automóviles es sólo un trabajador de una fábrica de automóviles. El hecho de que sea un varón, español, de raza blanca, católico, hijo de un labrador, con una esposa y dos hijos, son simples accidentes, lo que lo caracteriza como agente social es su trabajo. De hecho para un marxista si dicho trabajador fuese eliminado y sustituido por un senegalés de la tribu serere, de raza negra, musulmán, hijo de una de las siete mujeres del cacique de su aldea, con dos esposas y siete hijos, nada cambiaría y su influencia sobre el devenir histórico sería la misma. En el universo mental marxista los hombres son peones intercambiables, sin pasado ni futuro, sin raza ni nación, sin religión ni cultura, iguales en inteligencia y temperamento, una humanidad de zombis que producen y consumen.

En otras palabras, el marxismo, pese a presentarse como una doctrina de base científica, renuncia a definir al ser humano desde un punto de vista científico, ya que siendo el hombre un ser vivo y pensante, cualquier concepción científica sobre él debe pasar por el dominio de la biología y la neurología. Es obvio que una teoría global de la historia basada en semejante simplificación de la realidad, dista mucho de ser exacta y por supuesto de ser científica. Sin embargo esta simplificación es aceptada como real no sólo por los marxistas sino por muchos liberales y conservadores.

Una vez formulado el mecanismo que rige la historia, Marx analiza el funcionamiento del sistema capitalista y predice su colapso. Este aspecto de la teoría marxista merece ser tenido en cuenta y estudiado con atención. Pues está basado en una observación empírica de la realidad económica y no en una simplificación obviamente inexacta, como el materialismo histórico. Dicha observación es la disminución progresiva de los beneficios obtenidos de la inversión del capital.
Dicho fenómeno había sido detectado ya por los economistas clásicos como Adam Smith, David Ricardo y Malthus. Si llamamos C al capital fijo constituido por la maquinaria y los medios de producción de la industria, V al capital variable que constituye los salarios de los obreros durante un periodo de tiempo dado y Pl a la plusvalía obtenida de la venta de la producción durante dicho periodo, la tasa de beneficios obtenida por los poseedores de capital es la relación entre la plusvalía y el capital invertido, a la que denominaremos r:



La plusvalía es la parte de la ganancia obtenida al vender los productos con la que se queda el propietario de los medios de producción, dicho precio de venta es igual a la suma de los salarios y la plusvalía.

El aumento progresivo de la tecnificación del trabajo hace que cada vez se usen más máquinas y menos obreros para una determinada actividad productiva, por lo tanto la relación x va aumentando:

EL MARXISMO POLÍTICO.


Además de formular una teoría determinista de la historia y un análisis del sistema capitalista, Marx formula el mecanismo político por el cual se realizará el paso de la sociedad capitalista a la sociedad comunista, la toma del poder político por el proletariado y la abolición de la propiedad privada de los medios de producción.

Las corrientes anarquistas y socialistas utópicas anteriores, influidas por la teoría del “buen salvaje” de Rousseau, habían propuesto la creación de pequeñas comunidades autosuficientes en las cuales se volvería a formas de producción anteriores a la industrialización, la más famosa de estas comunidades utópicas es el Phalansterio de Fourier. Por el contrario, Marx, durante las reuniones de la Primera Internacional, se enfrenta a las tesis de los socialistas utópicos seguidores de Proudhon y a los anarquistas de Bakunin. En vez de pequeñas comunidades autosuficientes, Marx defiende un modelo político fuertemente estatizado. En él, el proletariado controla los medios de producción a través de un Estado omnipotente.

Llegados a este punto tenemos las claves para explicar la enorme fuerza ideológica del marxismo. En primer lugar su concepción lineal y determinista de la historia hace que el creyente y militante marxista sienta que es el instrumento de una ley eterna de la historia y por lo tanto su lucha está abocada necesariamente a la victoria final. Por otro lado el marxista tiene claro que el objetivo final de su lucha es la conquista del Estado, por lo que cualquier solución intermedia será considerada como un paso previo al control total del Estado. Esto hace imposible la coexistencia del marxismo con cualquier otra ideología, el resto de las ideologías deben ser erradicadas sistemáticamente, puesto que son manifestaciones de una etapa de la historia que se debe superar. Por último el marxismo, originariamente se dirige al proletariado del S.XIX, una clase que ha perdido bruscamente el contacto con la forma de vida campesina de sus antepasados inmediatos, que carece de propiedades y cultura y al que se promete un paraíso sobre la tierra en el que con mucho menos trabajo podrá gozar de un nivel de vida mucho mejor.

Durante el la segunda mitad del S. XIX aparecen partidos social demócratas en la mayoría de los países europeos, los cuales llegar a adquirir un gran peso político en países como Alemania y Francia, sin embargo, la doctrina marxista tuvo su primera aplicación política en Rusia, un país que todavía era eminentemente agrario y que contaba con un proletariado que se restringía a ciudades como Moscú y San Petersburgo. El partido bolchevique no es un partido de masas cuando llega al poder, sino más bien una vanguardia revolucionaria cuyos dirigentes, no provienen de la clase obrera, en cuya dirección hay una fuerte representación judía y que cuenta con el apoyo económico de grandes banqueros occidentales como los Roschild, los Rockefeller, Olaf Aschberg (director del “Nye Bank av Stockholm”), William Boyce Thompson, Albert H. Wiggin (director del “Chase Nacional Bank”) y otros muchos. Estos banqueros, tras la revolución, obtuvieron numerosos beneficios de la explotación de los recursos naturales rusos.

Como vemos a la luz de estos nombres, la revolución rusa distó bastante de ser la toma del control del proletariado de los medios de producción, efectivamente el proletariado fue utilizado por los bolcheviques para tomar el poder, pero las clases que se enfrentaron no eran el proletariado y la burguesía. Quienes tomaron el poder efectivo fueron una serie de personajes salidos de la alta y media burguesía, con el apoyo de grandes capitales bancarios, quienes fueron derrotados y eliminados sistemáticamente fueron la vieja nobleza, los pequeños industriales rusos y sobre todo el campesinado. Muchos campesinos habían tenido el acceso a la propiedad de la tierra una generación antes, con la abolición de la servidumbre, al principio de los años 20, el gobierno comunista procedió a la expropiación sistemática de las tierras y en muchos casos a la exterminación del campesinado, los campesinos reaccionaron con dos grandes sublevaciones, una de ellas en Ucrania, y otra en el Volga, ambas fueron aplastadas de la forma más sangrienta por el ejército rojo. Para acabar con la resistencia campesina, los dirigentes comunistas no tuvieron reparos en provocar una hambruna que mató a más de 5 millones de personas, sobre todo en Ucrania.

No es el objetivo de este artículo entrar en una descripción pormenorizada de los regímenes comunistas y los 100 millones de muertos que ocasionaron, quien tenga curiosidad por ello puede consultar “El Libro Negro del Comunismo”. Simplemente señalaremos que tras la toma de poder de los comunistas, la situación del proletariado no sufrió una mejora sustancial, de hecho los sindicatos dejaron de defender las condiciones laborales de los obreros y se transformaron en instrumentos para mantener la disciplina laboral y evitar huelgas.


EL MARXISMO CULTURAL.

En Europa occidental y en Estados Unidos no se ha aplicado nunca el modelo económico marxista, sin embargo, el marxismo cultural domina todos los aspectos de nuestras sociedades, puede que esta afirmación suene extraña a algunos rectores. Lo que llamamos marxismo cultural es designado con el eufemismo de “Corrección política”. ¿Cuál es el origen de la corrección política?

Los orígenes de la corrección política actual hay que buscarlos en los primeros años del S. XX. Justo después de la revolución rusa, los marxistas occidentales esperaban una inminente revolución de las masas obreras en el resto de Europa, sin embargo esta revolución no tuvo lugar más que en Hungría y Alemania. En estos dos países los revolucionarios no tuvieron el seguimiento esperado entre los obreros y ambas revoluciones fueron abortadas. ¿Por qué los obreros no se sublevaron? La respuesta a esta pregunta la dieron dos pensadores marxistas, el italiano Antonio Gramsci y el húngaro Georg Luckacs. La respuesta fue que los obreros no eran capaces de ver sus intereses de clase porque estaban inmersos en la cultura occidental, por lo tanto es en el plano cultural donde se debe preparar la revolución. Al obrero comunista a debe serle extirpada su cultura y su historia, esto deberá llevarse a cabo mediante lo que Gramsci denomina combate cultural.

En 1923 el multimillonario marxista Felix Weil, establece en Frankfurt un círculo de reflexión dirigido por Luckacs. Este círculo recibirá el nombre de Instituto para la Investigación Social y es más conocido como Escuela de Frankfurt. En 1930, el Instituto pasa ser dirigido por Max Horkheimer, un seguidor Freud y del psicoanálisis. Horkheimer replantea las tesis marxista según la cual la superestructura es una mera consecuencia de la infraestructura económica. Sus reflexiones le llevan a formular lo que él mismo denominó Teoría Crítica. ¿Qué es la teoría Crítica? Max Horkheimer afirma que la manera de destruir la civilización occidental es el ataque sistemático a todos sus valores, no la formulación teórica de una sociedad alternativa. Pongamos un ejemplo. Valor: El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer con el objetivo de formar una familia, tener hijos y transmitirles los valores de sus antepasados. Crítica: El matrimonio puede ser cualquier tipo de unión donde intervenga la atracción sexual sin ningún fin concreto. Resultado: Instauración del matrimonio homosexual.

Otros miembros del Instituto para la Investigación Social fueron Theodore Adorno, Erich Fromm y Herbert Marcuse. Estos dos últimos autores, desarrollan una teoría según la cual las diferencias sexuales son construcciones sociales propias de la sociedad burguesa. Es mejor no añadir ningún comentario.

El Instituto para la Investigación Social fue cerrado en 1933 con la llegada de los nacionalsocialistas al poder. Sus miembros, en su mayoría judíos, se refugiaron en Estados Unidos y reestablecieron el Instituto con ayuda de la Universidad de Columbia. Durante la segunda guerra mundial participaron activamente en el esfuerzo bélico americano, Marcuse, por ejemplo trabajó para la OSS, el precursor de la CIA.

Tras la guerra, el Instituto para la Investigación Social vuelve a ser abierto en Frankfurt, sin embargo, Marcuse, su máximo exponente en aquella época se queda en Estados Unidos y se convierte en el ideólogo de las revueltas estudiantiles de los 60 e inspirará a algunos líderes de los movimientos revolucionarios negros. Su obra “Eros y civilización” será la Biblia de los Hippies. El marxismo cultural de Markuse y la escuela de Frakfurt, ya no va dirigido hacia el proletariado, sino a los hijos de la alta burguesía y las clases medias. En este nuevo contexto, la lucha de clases que predicaba el marxismo económico debe ser reformulada, la clase deja de definirse en base a la propiedad de los medios de producción, sino en función del grupo cultural al que se pertenece. La cultura deja de ser un mero producto de las relaciones de producción. Para el marxista cultural, es la cultura la que determina unas relaciones de producción imaginarias, un obrero de la construcción, blanco y de civilización occidental es un explotador, mientras que un deportista millonario africano es un explotado.

En el marxismo económico, las leyes de la historia requieren la eliminación de los propietarios de los medios de producción y la expropiación de dichos medios por el Estado. En el marxismo cultural, quienes deben desparecer son todas aquellas personas que conservan patrones culturales europeos. Las personas de cultura occidental son por definición una clase opresora y malévola por naturaleza, independientemente de su situación económica. En contraste, la nueva clase oprimida y buena por naturaleza está constituida por todos los individuos no occidentales, como negros o chicanos. Esta última posición retoma claramente la idea del buen salvaje de Rousseau. A las razas no europeas hay que añadir grupos como los homosexuales y las mujeres feministas (en el sentido político del término).

Igual que el marxismo económico pretendía la expropiación de los bienes de la burguesía y la desaparición final de dicha clase social, el marxismo cultural busca la desaparición final de la civilización occidental y de los portadores de dicha civilización. Esto se realiza mediante la colonización masiva de Europa y Estados Unidos por las masas tercermundistas y mediante la aplicación de lo que llaman “discriminación positiva”. ¿Por qué positiva?, porque se realiza a favor de grupos étnicos y culturales que son buenos por naturaleza y en contra de grupos que son malos por naturaleza.

Una vez vistos los nuevos parámetros en los que se define la lucha de clases o más bien la lucha de grupos culturales, sólo queda subrayar que el programa antieuropeo de los marxistas culturales se ha llevado a cabo con muy escasa oposición, en prácticamente todos los países de Europa occidental y en Estados Unidos, Canadá y Australia. Entre los años 60 y 70, las leyes que favorecían la inmigración europea y restringían la inmigración no europea, fueron derogadas en Estados Unidos y Australia, lo cual fue el inicio de un proceso de colonización sistemática de ambos países por parte de las masas tercermundistas, dicho proceso se ha venido acelerando durante los años transcurridos y hoy es más rápido que nunca. En Europa occidental el proceso de ocupación tercermundista ha sido completamente análogo y en ciudades como París o Londres la población autóctona se ha visto reducida por debajo de la mitad. La colonización va acompañada de la discriminación cada vez más acusada de la población autóctona frente a los nuevos colonos, en Estados Unidos y en Inglaterra, la “discriminación positiva” es algo que está presente en todas partes, en Francia, donde esta discriminación ya se aplica en la adjudicación de ayudas sociales, se están haciendo esfuerzos continuos para imponerla en todos los ámbitos de la sociedad. La tendencia es la misma en todos los países de Europa.

Tanto la izquierda como la derecha políticas han admitido en una u otra medida los postulados del marxismo cultural, para ello no ha sido necesaria una revolución violenta, los marxistas culturales, se han impuesto gracias a tres factores, en primer lugar el apoyo de la banca internacional, que los ha utilizado para impulsar el proceso de globalización económica. En segundo lugar su dominio de lo que Gramsci llamaba “combate cultural”, es decir, la infiltración masiva del movimiento asociativo. Asociaciones ecologistas, pacifistas, universitarias, culturales, de defensa de los derechos de la mujer y todo tipo de ONGs han sido creadas o infiltradas por los marxistas culturales. El factor más importante ha sido sin embargo la ausencia total de resistencia, efectivamente la derecha conservadora no ha tenido la capacidad no política ni ideológica para oponerse al avance del marxismo cultural, de hecho, la derecha conservadora ha terminado por aceptar como propias muchas ideas fabricadas por los marxistas culturales. El marxismo político y económico se encontró en su avance con una ideología que aportaba una solución alternativa a los problemas sociales de los que se alimentaba la ideología marxista, una solución nacional e identitaria en contraste con la solución internacionalista marxista. Tras la segunda guerra mundial, no quedaba nada capaz de frenar la expansión del marxismo cultural.


EVOLUCIÓN DEL MARXISMO EN EUROPA DEL ESTE.


Si comparamos Europa occidental y Europa oriental desde el punto de vista de la libertad de expresión y pensamiento, vemos que en Europa occidental hay una serie de temas que no es posible abordar sin una serie de riesgos que van desde el ostracismo social hasta la prisión pasando por la pérdida del puesto de trabajo. Cualquier desviación del pensamiento oficial sobre temas como inmigración y raza, es severamente perseguida por la nueva forma de inquisición que es la corrección política.

En contraste con la falta de libertad de Europa occidental, en Europa del Este, los peligros a los que se exponen quienes piensan libremente, son mucho menores. El poder del marxismo cultural es mucho menor allí donde triunfó el marxismo político y económico. ¿Por qué ocurrió esto?

Hay dos respuestas, la primera es que en la Unión Soviética, desde 1917 hasta 1989 el marxismo internacionalista que se instaló en el poder, se fue rusificando progresivamente y fue tomando posiciones nacionalistas rusas. El primer viraje hacia el nacionalismo tuvo lugar en 1925, cuando Stalin impuso sus tesis autárquicas frente al internacionalismo extremo que representaba Trotsky. El segundo viraje tuvo lugar entre 1941 y 1945, durante la guerra con Alemania, Stalin optó por reactivar el nacionalismo ruso y ponerlo al servicio del esfuerzo bélico. De hecho en Rusia, la segunda guerra mundial fue denominada “gran guerra patriótica”. El tercer viraje fue la “campaña anticosmopolita” de principios de los años 50, en la que numerosos dirigentes del partido fueron eliminados tras ser acusados de internacionalistas. Ciertos sectores de la izquierda en Europa occidental reniegan de la figura de Stalin por estos tres detalles, no porque exterminara a millones de disidentes políticos en el Gulag. Sin embargo Trotsky, creador del ejército rojo y cómplice de la matanza sistemática de kulaks y cosacos, que tuvo lugar tras la revolución, es considerado como alguien de moral intachable y como el exponente de una ideología “perfecta”, que fue desvirtuada por Stalin.

El segundo motivo es que el marxismo cultural tiene su origen en la teoría crítica de Max Horkheimer, doctrina dirigida a la destrucción de una sociedad, evidentemente, en los países comunistas no hubo movimientos inspirados por la teoría crítica. Mientras los marxistas culturales de Occidente defendían el aborto, las drogas y la homosexualidad, en la Unión Soviética el aborto y las drogas eran ilegales y la homosexualidad no estaba precisamente bien vista.


¿QUÉ HACER?

El marxismo cultural es una construcción teórica cuyo único objetivo es la destrucción de nuestra civilización y de nuestro pueblo. Esta ideología representa un peligro mortal puesto que se trata de un enemigo interior, que está presente por todas partes. Desde los primeros años de escolarización, los jóvenes europeos son educados en el desprecio hacia sus raíces étnicas y culturales. ¿Cómo enfrentarnos a un enemigo que tiene un poder casi absoluto, que controla los gobiernos de nuestros países, las instituciones culturales y educativas y los medios de comunicación de masas?

Para encontrar la respuesta es necesario un análisis profundo de la estructura ideológica y los métodos del marxismo cultural. El marxismo cultural es una ideología eminentemente destructiva, no busca la construcción de una nueva sociedad, como el marxismo del S. XIX, sino que simplemente busca destruir la civilización occidental. Esta falta de voluntad creativa se ve con claridad en las contradicciones de una ideología que dice defender los derechos de las mujeres y que fomenta la implantación del Islam en nuestro territorio. El carácter destructivo de la izquierda cultural se ha acentuado notablemente con la caída de la Unión Soviética. Con la desaparición del bloque comunista, la izquierda occidental ha perdido su referente histórico, lo cual ha acentuado su odio hacia la civilización europea.

Quienes hayan discutido alguna vez con marxistas culturales (comunistas, socialistas, liberales, cristianos multiculturalistas etc.) habrá reparado en que la mayoría de las veces, estos individuos renuncian a defender sus posiciones y se limitan a atacar las ideas del contrario. La otra gran dificultad que los identitarios nos encontramos en los enfrentamientos dialécticos con los marxistas culturales es el hecho de que en la mayoría de los casos los conceptos manejados en la discusión son productos del marxismo cultural, como “derechos humanos”, “opción sexual”, igualdad… Incluso el vocabulario empleado en las discusiones políticas ha sido diseñado por el marxismo cultural, palabras como “sin papeles”, tolerancia, racismo y otras muchas, son inventos del marxismo cultural, el hecho de usarlas en una discusión política, implica aceptar la derrota a priori.

El primer paso para enfrentarnos al marxismo cultural es la renovación total de nuestro pensamiento, todos los conceptos y palabras de la corrección política deben ser sustituidos por conceptos identitarios. Debemos sustituir el término inmigración por el de colonización, ya que el proceso que estamos viviendo, tiene una magnitud muy superior a la inmigración, y supone una ocupación de un territorio por unas poblaciones, acompañada de la eliminación progresiva de la población autóctona, la cual sufre un auténtico derrumbe demográfico. Igualmente debemos borrar el término racismo y sustituirlo por el de supervivencia. Los marxistas culturales han denominado racismo a cualquier actitud por parte de las poblaciones europeas, que busque defender su supervivencia como pueblos.
Lo que los marxistas culturales llaman tolerancia ha de ser llamado imposición. El concepto de “derechos humanos”, debe modificarse incluyendo el de “derechos de los pueblos” y el de “deberes de los individuos”. Los “sin papeles” deben ser llamados por su nombre, ilegales, clandestinos o invasores. El “aborto” debe ser llamado genocidio, pues es lo que realmente es cuando se aplica a la escala a la que se está aplicando hoy. La homosexualidad no es una “opción sexual”, sino una desviación sexual. La “igualdad” es un concepto jurídico, que implica que dos personas deben ser tratadas de igual modo si han cometido la misma falta o si tienen los mismos méritos, no un concepto ontológico como dicen los marxistas culturales.

Una vez que tengamos las ideas claras, todos los valores del marxismo cultural deben ser criticados y atacados sin descanso, ninguna concesión ni léxica ni ideológica debe ser hecha al marxismo cultural. El marxismo cultural tiene el dominio absoluto del universo político e ideológico de nuestras sociedades, pero tiene un punto débil. Ese punto débil es que es falso. Una ideología dispuesta a enfrentarse al marxismo cultural con sus propias armas, cuyos seguidores tengan el mismo grado motivación y disciplina que los marxistas culturales, pero que a diferencia del marxismo cultural sea verdadera, puede enfrentarse al enemigo de nuestra civilización y operar la regeneración ideológica que nuestro pueblo necesita para seguir existiendo.



ANTECEDENTES:
ANTECEDENTES HISTÓRICOS:

El comunismo primitivo se encuentra, según Marx, en la comunidad tribal, en la que el tipo de propiedad imperante es la colectiva, y el trabajo no persigue la producción excedentaria, sino la estricta subsistencia de la comunidad y de sus miembros. La organización social, muy simple, de fundamenta en la familia, y apenas existe jerarquización.
Antigüedad:
Cristo, puede ser considerado un precursor del comunismo en su predicar igualitarias y de denuncia contra los ricos. Luego en la justicia social cristiana prima el renunciamiento y la humildad, no identifican al comunismo actual.
Platón, propugna la comunidad de propiedad, exigió que los hijos y las mujeres fueran comunes para todos los ciudadanos y establecía clases.
Utopías del Renacimiento:
El término, fue usado por primera vez en Utopía de Tomás Moro. Este pensador postulaba una sociedad de agricultura sedentaria, basada en la familia, en la que no existía la propiedad privada y el dinero no se usaría como medio de cambio.
Tommaso Campanella imaginó una sociedad comunista, tanto en lo referente al régimen de la propiedad como en la comunidad de mujeres e hijos.
La historiografía marxista reconoce en las utopías el origen del comunismo como movimiento contra la nobleza y el clero. En la Revolución de Oliver Cromwell en Inglaterra, se cita, la igualdad de bienes y oportunidades para todos.
9. El comunismo como necesidad histórica:
El término comunista surge cuando Marx y Engels adosan el nombre para el Manifiesto que le encargó la Liga de los Justos, luego transformada en Liga de los comunistas. Engels comenta que el nombre de Manifiesto del partido Comunista fue adoptado para diferenciar su pensamiento de los socialistas utópicos.
Con posterioridad al manifiesto, muchos partidos marxistas se denominaron socialistas y se identifican como adscriptos al socialismo científico.
El manifiesto exponía las leyes del desarrollo social y afirmaba que la historia de la sociedad era la historia de la lucha de clases. Marx y Engels consideraron que el proceso culminaría con el desmoronamiento del capitalismo y la aparición de una sociedad sin clases: el comunismo.
Los objetivos inmediatos de los comunistas serían el derrocamiento de la dominación burguesa, la conquista del poder político por el proletariado y la abolición de la propiedad privada. El establecimiento del comunismo no sería el resultado inevitable de un proceso histórico.
Fases del comunismo:
A la críticaal programa de Ghota, Marx consideró que, entre el fin de la sociedad capitalista y la culminación de revolución proletaria con el advenimiento de la sociedad comunista, se extendería un largo periodo de transición que él denominó sociedad socialista.
Establecidas las condiciones políticas y económicas, sobrevivirían, en la sociedad socialista elementos fundamentales de la vieja sociedad: relaciones económicas, sociales, jurídicas, intelectuales, etc. E n esta primera fase el comunismo no desaparecería todavía la oposición entre el trabajo intelectual y manual, y el insuficiente grado de desarrollo económico y espiritual haría aún necesaria la distribución de los productos de consumo según la cantidad y calidad del trabajo, así como el mantenimiento de las relaciones monetario-mercantiles en la sociedad.
Cumpliendo el periodo de socialista, se restauraría ya la sociedad comunista, se haría realidad la propiedad colectiva y desaparecería cualquier diferenciación entre clases, entre la ciudad y el campo, etc. El trabajo sería una necesidad vital y las fuerzas productivas alcanzarían su más alto desarrollo. Con al desaparición de las clases desaparecería también el estado.
Con anterioridad a al revolución rusa, ningún partido que propugnara la transformación revolucionaria de la sociedad, se denominó a sí mismo comunista. Socialistas o socialdemócrata eran las apelaciones más comunes. No sería hasta 1917 cuando Lennin, adopto para su partido la denominación de comunista.
La aparición de partidos comunista se remonta, a la mitad del siglo XX. Ya en 1864 se fundó, por iniciativa de Marx, la Primera Internacional cuyo propósito era la coordinación de los distintos movimientos revolucionarios y la consecución del estado comunista. La escisión anarquista y el auge de la socialdemocracia alemana, condujeron a la ruina de al Primera Internacional tras la muerte de su creador.
La Segunda Internacional, fundada en 1889, se vio pronto dividida en dos grandes tendencias: la facción moderada de los socialdemócratas defendía en al práctica una evolución pacífica hacia el socialismo mediante el empleo de los cauces parlamentarios; los radicales, que darían origen a los partidos comunistas, estaban dirigidos por Lenin y postulaban la necesidad de la revolución y el establecimiento de la dictadura del proletariado.
Tras el estallido de la revolución y la toma del poder político por los bolcheviques, se dieron el nombre de Partido Comunista de Todas las Rusias. Finalmente, en 1952 se adoptó la denominación de Partido Comunista de la Unión Soviética.
En 1919 fue fundada por Lenin la Tercera Internacional, que tomó el nombre de Internacional Comunista (KOMINTERN). Los partidos que se unieron a ella adoptaron la denominación de comunistas. La Tercera Internacional fue disuelta en 1943.
Tras la segunda guerra mundial, comenzaron a surgir las primeras diferencias en un movimiento que había sido hasta entonces monolítico. Yugoslavia, se distanció de al Unión Soviética, y a partir de 1956 se inició un progresivo alejamiento entre chinos y soviéticos, alejamiento que supuso un golpe definitivo a la unidad de los partidos comunistas.
En Iberoamérica, el Partido Comunista de Cuba desde 1965, se mantuvo una línea afín a la de la Unión Soviética.
Surgieron nuevas vías teóricas y políticas en el movimiento comunista, entre ellas el eurocomunismo, que afirmaba la posibilidad de alcanzar a sociedad comunista dentro de un marco democrático y fue asumido por Italia, Francia, España y Japón.
En 1980 el sistema comunista comenzó a descomponerse en la Europa oriental y en la Unión Soviética. El fracaso se consumó en 1991 con la disolución del Pacto de Varsovia y con la extensión del estado soviético.
El comunismo mundial:
La relación entre el primer Estado comunista y el resto del mundo fue problemática. Occidente, un gobierno comunista siempre constituiría una amenaza y desde su implantación, se intentó destruirlo por la fuerza. El régimen comunista también necesitaba establecer relaciones comerciales y alianzas con otros países.
Entre 1945 y 1975 el número de países comunistas aumentó espectacularmente, porque los movimientos revolucionarios comunistas fueron ganando fuerza en muchos países del Tercer Mundo.
Los rápidos cambios políticos ocurridos en Europa del Este, la URSS y otros lugares del mundo entre 1989 y 1991 redujeron en forma dramática el número de regímenes comunistas existentes. Los gobiernos comunistas que aún perduran siguen leales a las doctrinas de Marx y Lenin, pero difieren en la interpretación de sus principios, objetivos y forma de gobierno.
Socialismo

CONCEPTO:
Se llama socialismo a un conjunto de teorías socioeconómicas basadas en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal de los sectores económicos. Este movimiento abarca el comunismo y anarquismo, y a distintas prácticas políticas que tienen en común abolir las diferencias y conflictos entre clases.
Cabe rescatar, que está ligado al desarrollo de la industrialización y al movimiento obrero.
Su término comenzó a ser utilizado en forma habitual en la primera mitad del siglo XIX por los intelectuales radicales.
Desde la antigüedad han existido teorías de características socialistas que, no eran conocidas con esta denominación. Se trató solamente de pensamientos aislados y determinados por las eternas pretensiones de justicia y sin posibilidades reales de concreción. Para que hiciera su aparición el socialismo moderno, aproximadamente tal cual hoy lo conocemos, hacía falta una evolución en las técnicas de producción y un cambio en las formas de la actividad económica. Este fenómeno lo configuró la revolución industrial originada en Gran Bretaña. Origino un nuevo tipo de sociedad dividida básicamente en 2 clases: la burguesía y proletariado. La burguesía conquistó el poder político en Francia con la revolución de 1789 y después en otros países. El poder de esta, se afianzó al mismo tiempo en que se proclamaban los principios liberales de libertad, propiedad privada e igualdad política.
Las diferentes teorías socialistas surgieron como reacción contra esta situación, con la idea de conseguir la armonía social mediante la transferencia de la propiedad de los medios de producción a la comunidad. Las consecuencias serian la abolición del trabajo asalariado y una gestión socializada en cuanto a la acción económica con el objeto de adecuar la producción económica a las necesidades de la población.
Algunos teóricos socialistas postularon la revolución violenta como medio para alcanzar la nueva sociedad, mientras que otros, como los socialdemócratas, consideraron que las transformaciones políticas debían realizarse de forma progresiva y dentro del marco de los sistemas democráticos y de la economía capitalista o del mercado.
Dentro de estos pueden ser considerados como pioneros Babeuf, con su Conspiración de los Iguales durante la Revolución Francesa y los denominados utópicos, entre los que sobresalieron Claude Henri y Francois Charles Fourier en Francia y Robert Owen en Inglaterra que se oponían al capitalismo por razones éticas y prácticas. Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores, los degradaba, transformándolos en máquinas o bestias y permitía a los ricos incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hundían en la miseria. Mantenían también que el capitalismo no proporcionaba trabajo a toda la población y generaba lujos, en vez de satisfacer necesidades.
Dentro del socialismo se encuentra una rama llamada Socialismo Utópico, el cual intento crear comunidades económicas basadas en los principios socialistas. De los utópicos se han desprendido distintas corrientes a la vez que otros pensadores y organizaciones activistas que actuaron en el siglo XIX. Esta generación posterior está representada, entre otros, por Louis Blanc, Blanqui, y Proudhon en Francia y por el movimiento cartista en Inglaterra, que fue el primero en introducir las ideas de democracia, igualdad y colectivismo en una agrupación obrera de envergadura.
De esta etapa surgen algunas conclusiones:
Que el socialismo como organización vinculada y fundada en base a la clase obrera es de origen inglés

Que el socialismo como filosofía, crítica de la sociedad capitalista, que a la vez constituye un conjunto de propuestas para la construcción de un nuevo ordenamiento económico y social, es una creación francesa.
Que los pensadores socialistas de esta etapa no produjeron un diagnostico certero del carácter del capitalismo, fundamentalmente al plano político moral, intentando convencer a la clase burguesa de las ventajas que significarían para la sociedad la adopción de medidas socialistas; creían que la sociedad humana alcanzaría un alto grado de perfección con el socialismo y que, si esta convicción era transmitida a la clase dirigente, la transformación se podría producir.
13. El socialismo desde el punto de vista marxista
Carlos Marx y Engels crearon una doctrina sólida basada en la síntesis de la filosofía helegiana, la economía clásica británica y el socialismo francés. Marx consideró la sociedad como un todo estructurado en el que los elementos determinantes eran los factores y relaciones de producción y la lucha de clases y vio en la revolución violenta el único medio para imponer la dictadura del proletariado, un nuevo orden que habría de conducir a una sociedad justa, igualitaria y solidaria. Marx denomino a su doctrina socialismo científico y considero utópicas las anteriores teorías socialistas. El marxismo conceptúa al socialismo como el resultado inevitable de las leyes que condicionan el desarrollo del capitalismo.
Marx y Engels evitaron intencionalmente definir el socialismo, al que, fundamentalmente lo presentan como una negación del sistema capitalista en el que el proletariado sería sujeto y el objeto del cambio revolucionario. Se trata de transformar el modo de producción capitalista en uno socialista. Para ello es necesario abolir la propiedad privada de los medios de producción.
Marx y Engels, ni ningún socialista, hablaron de abolir la propiedad privada de uso particular. Solamente se socializará la que es utilizada como instrumento para explotar a otros hombres. El socialismo pretende ser el único sistema que puede asegurar a todos el acceso a una vivienda digna. Este será el punto de partida del desarrollo socialista.
El objetivo más importante del funcionamiento del socialismo fue expuesto por Marx en su obra "Crítica del Programa de Gotha" la cual cita que la táctica del proletariado debe tener presente en cada etapa de desarrollo dos partes:
Una parte, aprovechando las épocas de estancamiento político para desarrollar la conciencia, la fuerza y la capacidad combativa de la clase de avanzada y por otra parte, encauzando toda esta labor de aprovechamiento hacia el "objetivo final" del movimiento de dicha clase.
Esto es lo que permitiría entrar en la segunda etapa, la de la realización comunista. En ella desaparecerá el estado, instrumento que era resabio de las épocas en que la sociedad estaba dividida en clases y se utilizaba para asegurar el dominio de los explotadores sobre los explotados. En esta etapa inicial del socialismo, fue necesario su mantenimiento para consolidar el triunfo revolucionario y la abolición de las clases sociales. Ahora, con la extinción de éstas, ya no será necesario y deberá ser reemplazado por otro instrumento que solamente se encargue de la administración de las cosas. Se impondrá la creatividad humana, el hombre valorará su doble condición de individuo y de miembro de la sociedad, lo que posibilitará e impulsará el crecimiento de los dos términos. Los seres humanos serán valorados por una doble condición: capacidad y necesidad.
En la etapa comunista no se establecerán separaciones entre trabajadores manuales e intelectuales, entre hombres de campo y de ciudad entre hombres y mujeres, etc. La fórmula distributiva será la siguiente: " de cada cual según su capacidad y a cada cual según se necesidad"
El beneficio personal se logra por medio, no sólo del trabajo, sino de la especulación. Además los seres humanos que viven en el capitalismo, no se ven como tales sino en función de las cosas que poseen o de las que quieren alcanzar, para lo cual los otros hombres no son más que meros instrumentos.
No se puede concebir una sociedad en la que para producir se empleen máquinas que trabajan automáticamente y se mantengan las relaciones de explotación que caracterizan al binomio capitalistas-trabajadores. El momento en el que el capitalismo haya desarrollado todas las fuerzas productivas, indicará el tránsito hacia la sociedad socialista.
El socialismo se implanta también en las naciones subdesarrolladas. Aquí juegan otros factores: la oportunidad política, las condiciones extremas de miseria que las hacen posible, un grupo revolucionario eficaz, coyunturas internacionales favorables, etc. Sin embargo, en otros casos, la aplicación del socialismo, pese al apoyo mayoritario de la sociedad, costará esfuerzos mayores.
Marx llamo socialismo a la fase inferior de la sociedad comunista. En consecuencia es comprensible por qué muchos partidos que se llaman comunistas como el PCUS actúan en una república denominada socialistas hacen referencia a líderes como Lenin, conocido como comunista, o se refieren al comunismo como objetivo final.
Del marxismo, o socialismo científico, se han derivado distintas corrientes que se denominan socialistas o comunistas, o en otros casos adoptan el nombre de su teórico principal. A la mayoría se las puede incluir en el socialismo científico o marxismo.
14. Social democracia
La social democracia ha privilegiado la metodología democrática para implantar el socialismo. Lograría reformas que posibilitarían a la clase obrera un mejor nivel de vida e irían llevando la sociedad hacia el socialismo. En la actualidad la social democracia influye en Europa occidental, pues en su organización hay miembros de América del Norte, América Latina, Asia y África.
La social democracia, pese a sus iniciales declaraciones ortodoxas, ha privilegiado la metodología democrática para implantar el socialismo. Además lograría reformas que posibilitarían a la clase obrera un mejor nivel de vida e irían llevando la sociedad hacia el socialismo. En la actualidad la social democracia influye en Europa occidental, aunque en su organización hay miembros de América del Norte, América Latina, Asia y Afrecha. En el caso de Europa occidental, esta ha abandonado la dictadura del proletariado para insertarse en la lucha parlamentaria y así acercarse a la socialdemocracia.
Otras ramas son:
Trotskismo: Su inspirador fue León Trotski. Es una corriente considerada como marxista clásica. Su teoría de la revolución permanente es fundamental.
Trotski consideraba que la transición al socialismo debía realizare por medio de diferentes conmociones: económicas, políticas y sociales. Esta se radicaría en diferentes estructuras sociales y niveles y en diversas coyunturas históricas. La revolución debe comenzar en una nación y luego se extenderá al ámbito internacional de acuerdo a las distintas coyunturas históricas y realidades socioeconómicas.
Trosky introduce una democratización de la dictadura del proletariado. Esta en la industria, tendrá el control y la gestión de la producción por medio de comités de fábricas, y en el consumo deberán controlar la distribución y precio de los productos.
En Argentina existen dos partidos troskianos: el MAS (movimiento al socialismo) y el PO (el partido obrero).
Maoismo: fundamentado en el pensamiento de Mao tse-tung. Esta adaptado a una revolución prolongada en la que se va destruyendo progresivamente la sociedad anterior, se va construyendo el socialismo. Según Mao es imposible aplicar el socialismo si que el hombre acompañe previamente su evolución. El campesinado esta determinado por una estructura económica agraria.
En Argentina su influencia es escasa y estuvo remitida a la década de 60 cuando se fundo el actualmente extinguido Partido Comunista Revolucionario, surgido del Partido Comunista argentino.
Definiciones
Nacionalismo
Ideología política y social que corresponde el concepto de nación con el de Estado. Aunque tradicionalmente se ha llamado nacionalismo al pensamiento político relativo a la consecución de la independencia nacional, para los pueblos y las etnias, el término también corresponde a la actividad e un Estado. En esta ocasión, el nacionalismo sería la cohesión de los ciudadanos de ese país en base a su procedencia, por encima de diferencias sociales de clase. Ernerst Gellner dio una definición que es la que habitualmente se utiliza: "Principio que afirma que la unidad política y nacional deben ser congruentes".
El nacionalismo surgió con la Revolución Francesa y la formación de los Estados. Así decenas de comunidades europeas no ligadas a los Estados conformados, reivindicaron su derecho a la soberanía, en función de su identidad propia. Movimientos hasta entonces sin definición política, se apresuraron a defender su estatus.
Con la descolonización y el sello que dejó Hitleral concepto de nacionalismo, surgió la expresión "nacionalismo revolucionario" para designar procesos de emancipación nacional de distintas clases.
Nación
Es la comunidad que se piensa a sí misma como sujeto de relaciones sociales, institucionales, históricas, políticas, culturales y, en general, para todas las manifestaciones de la convivencia humana.
En la constitución de esta comunidad autoconsciente, intervienen procesos históricos, étnicos, de conflictividad social, de linealidad y de comunicación lingüística, de estabilidad territorial o, incluso otras variablesde raza, religión y demás, sin que ninguno de ellos sea exclusivo o determinante. Es, en definitiva, un proyecto de soberanía, de legitimidad, de supervivencia, de autodefensa, de economía.
La segunda de las interpretaciones, el Estado-Nación, corresponde a las renovaciones políticas surgidas de la Revolución Francesa y el triunfo de la ideología burguesa.
Nazismo
El nazismoes, en su origen, la ideología oficial del NSDAP (Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes) comúnmente conocido como Partido Nazi. Su fundamento no tuvo excesiva elaboración teórica, apropiándose, en gran medida, de las ideas fascistas según las cuales el Estado, para reservar su cohesión y unidad, debía de ser totalitario. Para el nazismo, este argumento fue compaginado con la máxima racista de superioridad de la raza aria sobre el resto. La admiración por la fuerza bruta y el culto al jefe único fueron otras dos nuevas aportaciones del nazismo. La situación social y económica de Alemania después de la Primera Guerra Mundial y el oportunismo de Hitler hicieron el resto. Hitler y el Partido Nazi lograron un apoyo popular de gran magnitud como para animar a Alemania a lanzarse a la conquista de Europa, en lo que fue la Segunda Guerra Mundial.
Desde sectores de izquierda el nazismo ha sido denunciado como un producto inevitable del capitalismo y, sobre todo, como fruto de las tendencias imperialistas de los Estados más fuertes. Según estas impresiones, el germen capitalista que impregna la sociedad hace posible expresiones de este tipo que cíclicamente atenazan a la humanidad...
La filosofía del fascismo.
Antes de analizar la filosofía de este fenómeno, deberíamos primero explicar sus características en líneas generales.
Se ha dicho repetidamente que el fascismo no constituye una doctrina, y se citan las propias palabras de Mussolini: "nuestra doctrina es el hecho", o "los fascistas tenemos el valor de rechazar todas las teorías políticas tradicionales; somos aristócratas y demócratas, revolucionarios y reaccionarios, proletariados y antiproletarios, pacifistas y anitpacifistas. Nos basta con tener un solo punto de referencia: la Nación."
La desigualdad de clases es natural y provechosa.
La democracia igualitaria y el sufragio universal suponen la ley del número prevaleciendo sobre la calidad. Son las elites dirigentes las que deben gobernar.
El Estado tiene absoluta e indiscutible primacía sobre el individuo. Los principios de disciplina, autoridad y jerarquía deben dominar en la organización del Estado. "La nación- dice Mussolini- es creada por el Estado, que da al pueblo, consciente de su propia unidad moral, una voluntad y, por consiguiente, una existencia efectiva".
La lucha es fundamental para la supervivencia. Se debe vivir peligrosamente para probar la superioridad.
Las libertades individuales no son derechos, sino concesiones que hace el Estado, siempre y cuando no sean perjudiciales.
La guerra no es un azote, ni una maldición, sino un ideal; el pacifismo no es sino una muestra de debilidad.
La teoría marxista de la lucha de clases es falsa; es necesaria la creación de un orden social jerárquico.
Los principios liberales y democráticos deben ser sustituidos por la exaltación del Estado totalitario, fundado en el sentimiento colectivo y en la mística del jefe.
Italia debe tener un lugar de primer plano en el mundo, como continuadora de la grandeza romana.
La idea del Estado Corporativo fue uno de los elementos fundamentales de la doctrina fascista, pero de ninguna manera el único. Los restantes pueden ser brevemente definidos así:
Totalitarismo.El Estado demanda la suma de interésy de la lealtad de sus miembros. No debe existir "nada por encima del Estado, nada contra el Estado". Debido a que el Estado no puede orientarse hacia sus altos fines sino en la medida en que sus miembros estén identificados con un objetivo común, sólo puede haber un Partido Fascista, una prensa fascista y una educación fascista.
Nacionalismo. La nación es la forma de sociedad más elevada que la raza humana haya elaborado jamás. Tiene una vida y un alma propia, aparte de las vidas y almas de los individuos que la componen. No puede haber jamás armonía de intereses entre dos o más pueblos distintos. El internacionalismo es, por lo tanto, sólo una burda perversión del progreso humano. La nación debe ser conducida hacia la cima de su fuerza si su grandeza mediante el autoabastecimiento, la creación de un ejército poderoso y la consecución de un índice de natalidad de rápido crecimiento.
Idealismo.La filosofía del fascismo puede ser calificada de idealista en el sentido de que renunciaba a una interpretación materialista de la historia. Según Mussolini, la nación podía convertirse en lo que se propusiera, ya que su destino no estaba de ningún modo sellado fatalmente por su posición geográfica o por el volumen de sus recursos naturales. El idealismose desarrolla principalmente como una protesta contra el pesimismo característico de los anteriores gobernadores de Italia que argumentaban que el país estaba irremediablemente condenado, por la falta de recursos carboníferos, a seguir siendo una potencia de tercer orden.
Romanticismo. La razón no puede ser jamás el instrumento más adecuado para la solución de los grandes problemas nacionales. El intelecto humano necesita el complemento indispensable de la fe mística, del autosacrificio y del culto de heroísmo y de la fuerza. "El espíritu fascista es voluntad, no intelecto".
Autoritarismo.La soberanía del estado es absoluta. El ciudadano no tiene derechos, sino deberes. Lo que las naciones necesitan no es libertad, sino trabajo, orden, prosperidad. La libertad es un "cadáver de putrefacción", un gastado dogma heredado de la Revolución Francesa. El Estado debe ser gobernado por una elite que haya demostrado su derecho a gobernar mediante su fuerza y su superior comprensión de los ideales nacionales.
Militarismo. La lucha está en el origen de todas las cosas. Las naciones que no se expanden, acaban por marchitarse y morir. La guerra exalta y ennoblece al hombre y regenera a los pueblos perezosos y decadentes.
9. El Estado Fascista
En la Estructura del Estado Fascista Italiano es característico el mantenimiento de ciertas formas institucionales tradicionales y al mismo tiempo la existencia de instituciones paralelas que, sin suprimir a aquellas, las vacían de contenido.
Continúan el Rey, el Parlamento y el Ejército, pero el poder está en el jefe del Estado, en el Gran Consejo, en el Partido Fascista y en las Milicias.
Existía un verdadero culto al jefe, muy visible en las grandes manifestaciones a las que Mussolini aportaba sus naturales actitudes para dirigirse de modo efectista a las multitudes y provocar en éstas verdaderas explosiones de entusiasmo. La prensa, la radio y el cine se encargaban de mantener este estado de pasión colectiva. La fórmula "Mussolini siempre tiene razón", artículo octavo de los diez mandamientos de las milicias fascistas, es altamente representativa.
La Ley Electoral de 1928 también es ilustrativa. Establecía las "listas de confianza", o sea, un proceso previo de selecciónde candidatos, a cambio del Gran Consejos y a propuestas de las confederaciones nacionales de corporaciones, lo que significaba que el electorado no tenía opciones entre listas sino que debería simplemente aceptar o rechazar así elaborada.
El partido fascista decidido por la consigna "creer, obedecer, combatir", constituyó la elite dirigente del gobierno y de la sociedad. En 1932 recibió nuevo estatuto que determinaron su estructura jerárquica. Su base eran los "fascios", que se agrupaban en cada provincia en una Federación.
En cuanto a la acción fascista de encuadramiento de la población, ella se manifestaba muy claramente en las manifestaciones juveniles, en la prensa, en la enseñanza y en la política cultural.
La Opera Nazionale Balilla controlaba los movimientos juveniles, organizándolos con base en la preparación física y militar, así como en la fanática obediencia al jefe. De los cuatro a los ocho años, los niños permanecían a los "hijos de la loba"; a los ocho años pasaban a las "Balilla"; a los catorce años eran "Avanguardisti"; finalmente a los dieciocho años pasaban a las "Juventudes Fascistas".
Los adultos eran organizados en asociaciones profesionales y sindicatos. También fue destacada la organización dependiente del Partido, la Opera Nazionale Dopolavoro, encargada de organizar vacaciones viajes, y diversiones colectivas de los obreros.
El Ministerio de Prensa y Propaganda tenía el control total de la prensa.
La enseñanza estaba sujeta a normas estrictas: "El gobierno exige que toda la escuela en todos sus grados, en toda su enseñanza eduque a la juventud italiana a comprender el fascismo y a vivir en el clima histórico creado por la revolución fascista". Los profesores de la Universidad estaban sometidos a la obligación de prestar juramento de fidelidad al régimen.
En 1925 fue fundado el Instituto Nacional Fascista de Cultura, destinado a impulsar la política cultural del régimen y desplazar la cultura tradicional.
La psicología de masas del fascismo
El estudio de la eficacia psicológica de Hitler sobre las masas debía partir de la idea de que un führer representante de una idea, no podía tener éxito(no un éxito histórico sino esencialmente pasajero) más que si sus conceptos personales, su ideología o su programa se encontraban en armonía con la estructura media de una amplia capa de individuos integrados en la masa. Un führer no puede hacer la historia más que si las estructuras de su personalidad coinciden con las estructuras de amplias capas de la población, vistas desde la perspectiva de la psicología de masas. Dice Domenach: "es innegable que un cierto número de mitoshitlerianos correspondían o bien a una constante del alma germánica, o bien a una situación creada por la derrota, el desempleo y una crisisfinanciera sin precedentes".
Como todo movimiento reaccionario, el de Hitler se apoyaba en varias capas de la pequeña burguesía. Se caracterizaba a este segmento social mediante la metáfora de un ciclista: "por arriba curva su espalda, por abajo patalea"("Nach oben buckelt er, nach unten tritt er", según lo citaba P. Reiwald). Con esto se quiere explicar un componente psicoétnico del pueblo alemán: la sumisión hacia quienes están encima y la brutalidad para con los de abajo. Había también un componente místico en las clases medias alemanas, que Hitler aprovechó para proclamar que Alemania era la encargada de cambiar el mundo. Esto, sumado a la proliferación de corrientes intelectuales reaccionarias (Gobineau, Wagner, Chamberlain, quienes ponían el acento sobre todo en la cuestión racial, y otros que apelaban al espíritu guerrero del pueblo alemán, magnificando las gestas teutonas) a fines del siglo diecinueve, creó el caldo de cultivo para la proliferación de este tipo de fenómenos.
Hay algo evidente: cuanto más numerosa e influyente en una nación es la clase media, más probable es que haga su entrada en la escena política como fuerza social. Por otra parte, las contradicciones intrínsecas del fascismo no hacen más que reafirmar su base de masas de clase media. Que los intereses subjetivos de estas masas hayan sido aprovechados por Hitler al incluir en su plataforma la lucha contra el gran capital, y que el fascismo, en su función objetiva, se haya convertido en defensor fanático del imperialismo y pilar del orden económico del gran capital, son hechos que llevan a la convergencia en el nacionalsocialismo.
Para comprender la ideología, la situación del pequeño campesino, del funcionario y del comerciante medio hay que tener en cuenta sus matices económicos, pero fundamentalmente su identidad familiar común. Si nos focalizamos en las clases medias urbanas, vemos que la rápida evolución de la economía capitalista en el siglo XIX lleva a la pauperización de los pequeños comerciantes y artesanos. Ante las grandes industrias, que producen más barato y más racionalmente, las pequeñas empresas están destinadas a desaparecer. Esta situación los llevaría tarde o temprano a confundirse con la gris masa del proletariado.
La pequeña burguesía se rebeló, al fin, contra el sistema, encarnado en el "régimen marxista" de la socialdemocracia. Pero dado el carácter competitivo de los estratos medios, fundamentalmente de los funcionarios del estado, no se observa una identificación de la pequeña burguesía con sus pares o con los obreros industriales, un sentimiento de solidaridad, lo que Marx acuñó como "conciencia de clase".
La conciencia social del funcionario no está determinada por el sentimiento de una comunidad de destino con sus colegas, sino por la actitudcara a la autoridad establecida y a la "nación". Para el funcionario esta actitud consiste en una identificación absoluta con el poder estatal; súbditos con respecto a la autoridad, se convierten en los representantes de esa misma autoridad en sus relaciones con sus subordinados y, por este motivo, gozan de una especial protección moral. Esta identificación con la administracióndel Estado y la nación, que puede resumirse en la fórmula: "Yo soy el Estado", es una realidad psíquica que nos proporciona uno de los mejores ejemplos de una ideología convertida en poder material. Como resultante de su dependencia material, su personalidad se transforma a imagende la clase dominante. En palabras de W, Leich: "Por tener los ojos perpetuamente clavados en lo alto, el pequeño burgués acaba por cavar una fosa entre su situación económica y su ideología". Esta "mirada clavada en lo alto" es lo que distingue esencialmente a la estructura pequeño burguesa de la del obrero de la industria en Alemania. En otros países, como EEUU, el "aburguesamiento" de los trabajadores de la industria anula esta distinción.
Para penetrar en el mundo obrero, el fascismo propone la supresión de las clases, o sea la supresión del proletariado, recurriendo al sentimiento de vergüenza que sufre el trabajador manual (el desprecio por este tipo de tareas es uno de los elementos reaccionarios más importantes, al llevar a querer imitar al empleado de oficina). Sumémosle a esto que los trabajadores emigrados del campo traen consigo una ideología de familia rural que es el mejor caldo de cultivo para causas imperialistas y nacionalistas. Otro elemento a tener muy en cuenta es la importancia que revisten los pequeños hábitos diarios, hecho sistemáticamente ignorado por el movimiento revolucionario. Lejos de ser costumbres propias de este estrato social, constituían la expresión visible de que se acusaba recibo de la propaganda nacionalsocialista. La represión de la mujer, el vaso de cervezabebido en familia, el traje "elegante" de los domingos -todos ellos símbolos del adocenamiento que se estaba produciendo-, penetraban en cada rincón de la existencia cotidiana, mientras que el trabajo de la fábrica y los panfletos revolucionarios no actuaban más que durante unas horas.
De este modo, cuando la crisis económica impactó a esta capa social, su sensibilidad revolucionaria estaba embotada producto de decenios de estructuración conservadora. La afirmación comunista de que la política de la socialdemocracia le había abierto las puertas al fascismo era exacta desde el punto de vista de la psicología de masas. Afirma W. Leich que "a falta de organizaciones revolucionarias, decepcionado por la socialdemocracia y angustiado por la contradicción entre su empobrecimiento y el pensamiento conservador, el trabajador se arroja en los brazos del fascismo".
El fascismo alemán comparado con el fascismo italiano. El racismo.
En cuanto a su filosofía, puede decirse que el fascismo alemán tenía una manifiesta afinidad con su congénere italiano. Ambos movimientos eran esencialmente colectivistas, autoritarios, nacionalistas, militaristas y románticos por definición (en el sentido de su antiintelectualismo). Pero mediaban, no obstante, algunas diferencias manifiestas. El fascismo italiano nunca tuvo una base racial. Si bien es cierto que después de la formación del eje Roma–Berlín, Mussolini promulgó algunos decretos antisemitas, la mayoría de ellos parecen no haber sido cumplidos al pie de la letra. Por el contrario, el nacionalismo hizo del factor racial el pilar central de su teoría, argumentando que la raza aria tenía en los nórdicos sus más perfectos exponentes, era la única en todo el género humano que había hecho contribuciones realmente significativas al progreso de la humanidad. Sostenían además, que las grandes obras y las cualidades intelectuales de un pueblo eran fatalmente determinadas por la sangre. Deducían de ello que ninguna ciencia, literatura i música judía podrían representar jamás a la verdadera nación alemana. Pero la verdadera razón por la que los nazis persiguieron a los judíosparece radicar en el hecho de necesitar imperiosamente una víctima propiciatoria sobre cuyas espaldas descargar la responsabilidad de los graves problemas que afligían a la nación.
Otra de las diferencias entre el fascismo alemán e italiano, reside en el hecho de no haber sido plenamente desarrollado en Alemania el Estado en su forma corporativa. Por supuesto, una y otra forma de fascismo implicaban por igual la abolición del derecho de huelgay el absoluto sometimiento de las actividades económicas al control político, pero en Alemania no existía ninguna forma de representación directa de los intereses económicos en las altas esferas del gobierno. Los miembros del Reichstag siguieron siendo elegidos por el sistema de distritos geográficos y el Estado conservó su carácter exclusivamente político. Finalmente, puede decirse que el nacionalsocialismo era mucho más vehemente y fanático que el fascismo italiano.
Complejidad de los fundamentos de la importancia histórica del fascismo
La importancia histórica del fascismo en cualquiera de sus dos manifestaciones, italiana o alemana, sigue siendo un tema de controversia que divide a los estudiosos de la historia moderna. Algunos argumentan que sólo se trató de un movimiento de entronización de la fuerza por parte de los grandes capitalistas empeñados en rescatar el derrumbe a su agonizante sistema. Pero ni el fascismo de Mussolini ni el nacionalsocialismo alemán mostraron en sus comienzos ninguna inclinación por proteger los interese de los monopolios. El propósito que los animaba era diametralmente opuesto; aunque no debemos olvidar que la toma del poder en ambos casos dependía en alguna medida del apoyo de los terratenientes y capitanes de la industria. Otra de las interpretaciones de fascismo pretende explicarlo como una reacción de los deudores contra sus acreedores.
Otros historiadores del movimiento lo interpretan como una rebelión contra el comunismo. Lo más probable es que el fascismo haya sido una combinación de todos esos factores y de otros que no figuran en la lista. Se podría decir que era un producto del orgullo nacional y de una demanda de fuerza y eficacia para solucionar los problemas de una sociedad caótica, indescriptiblemente complicada por la segunda revolución industrial y por la desilusión y el colapso económico que sucedieron al estallido de la primera Guerra Mundial.




APORTES TEORICOS!

Aportes teóricos de los clásicos del marxismo leninismo
Antes de Carlos Marx ningún economista había identificado al precio como una categoría económica que a la vez que expresa relaciones sociales de producción constituye un instrumento imprescindible para el desarrollo de las relaciones mercantiles. Con su método de análisis que parte de la mercancía como lo mas lo simple y lo más general en el capitalismo, que a la vez sintetiza un complejo sistema de contradicciones, pone al descubierto, a través del doble carácter del trabajo que el valor es el contenido socioeconómico del precio.
Para llegar a la relación contenido-forma, propia del precio, previamente transitó por las formas más simples y fortuitas del valor hasta la más general y desarrollada que le permiten fundamentar que el dinero, como una de ellas, es el equivalente universal de las mercancías y la expresión monetaria del valor de las mercancías. Con la exposición de la esencia del dinero y de sus funciones, Marx a la vez estaba describiendo las funciones del precio, porque al final, el dinero constituye el precio o reconocimiento superficial, monetario, del valor de una mercancía. Por tanto, las funciones de medio de circulación, medida de valor y de dinero mundial son también aplicables a la categoría precio. Es conocida la expresión de Lenin referida a que la ley de los precios es la ley de valor y viceversa.
La forma precio, intrínsicamente posee extraordinarias cualidades que fueron reveladas por primera vez por Marx y que han permitido impulsar las relaciones monetarias mercantiles a lo largo de la historia del hombre. Precisamente que el precio sea una categoría que refleja un contenido socioeconómico y que la vez puede ser independiente de él es una de sus cualidades más importantes.
Como se conoce, en determinadas condiciones el precio puede ser superior o inferior al valor de una mercancía, mostrando la incongruencia cuantitativa del precio en relación con el valor. Esta diferencia garantiza un fuerte estimulo a los productores a incrementar la productividad del trabajo y disminuir el valor de las mercancías, factor que ha contribuido a una determina asignación de los recursos para la producción y a la diferenciación de los productores.
Por otra parte el precio puede existir independientemente del valor, ósea en aquellos productos no son resultado del trabajo. Esta extraordinaria cualidad ha favorecido sobre todo a la valoración de los recursos de la naturaleza y a un mejor diseño de su explotación. También esta cualidad es el eje central que permite la regulación conciente de los precios, pues la independencia del precio en relación con el valor permite adoptar decisiones, sin que necesariamente sea reflejo objetivo del hecho económico.
A lo largo del análisis hasta lo concreto pensado que realiza Marx desde el primer al tercer tomo de El Capital va describiendo los factores que influyen en el valor de las mercancías argumentado su efecto no solo económico, también en la explotación de la clase obrera.
Una categoría decisiva es la concentración de la producción, como proceso de incremento del capital, que es resultado de la acumulación de la plusvalía, pero que a la vez determina el lugar del productor en la rama impactando a su vez en la centralización, o el crecimiento del capital por la unión de otros productores.
Lo interesante del análisis es que en la sección séptima del 1er tomo se enuncia la categoría y sus efectos, pero considerando aún que se encuentra en un marco de competencia perfecta o legal, como también se le ha llamado. Tanto en el análisis de la producción de plusvalía, como vista la producción y la circulación en su conjunto, desde el punto de vista técnico se dejan por sentado la inelasticidad de los precios, los cuales se mantienen fijos oscilando el valor alrededor de su media.
El costo de producción o el precio de costo de una mercancía es otro análisis decisivo sobre todo porque deja establecido las diferencias entre el costo y los precios, los que ratifica no pueden identificarse. Como análisis en la superficie económica vuelven otra vez los aspectos cuantitativos y cualitativos. El precio como expresión de todos los gastos y el costo como el precio de la producción solo para el capitalista.
El valor de mercado y la competencia intraramal es un aporte decisivo y de gran trascendencia porque aporta el ángulo de la formación y reconocimiento de los gastos dentro de la rama. La importancia metodologica es que no considera la redistribución ínterramal y por tanto no hay asignación de recursos por los resultados del mercado, lo que tiene puntos de contacto con la distribución de los recursos en el socialismo, que es conciente y no responde necesariamente a los resultados económicos.
La competencia ínterramal y el precio de producción nos acerca a los mecanismos de distribución de los ingresos en el capitalismo y la necesidad objetiva de las clases sociales. La ganancia media es un mecanismo de inestimable importancia metodologica y de vigencia en las condiciones actuales del imperialismo y del socialismo que requiere continuar evaluando, sobre todo sus presupuestos y consecuencias.
El valor metodológico de la categoría concentración de la producción y su influencia en los precios es retomado para analizar las relaciones de producción en la agricultura, sobre todo porque en esta rama existen pocos productores en las limitadas tierras. El criterio de concentración adquiere un nuevo matiz, no es solo fuente de incremento del capital, es también expresión de determina posición en las relaciones mercantiles y posibilites de establecer precios por encima de las condiciones medias.
Según nuestro criterio Lenin retoma este análisis y lo continua en la época del imperialismo demostrando que los precios son resultado de condiciones económicas pero también de determinadas posiciones de fuerza que tiene los productores por su posición en el mercado.
Resumen de los principales aportes del Marxismo Leninismo sobre los precios.
I. Los precios expresan relaciones sociales de producción. Hasta la fecha los autores se referían a los aspectos superficiales y técnicos, no lo veían como resultado del trabajo humano y como expresión monetaria de una categoría que expresan relaciones sociales de producción
II. El precio puede ser igual al valor o puede ser mayor o menor. Tiene independencia de la categoría valor .
III. Puede ser incongruente cualitativamente con el valor. Mercancía que tienen precios y no tienen valor Ej. Tierra virgen (Hay productos que tienen valor y no precio Ej. Medicina en un hospital)
IV. Teóricamente la Σ del valor producto debe ser igual Σ de los precios. Se puede afirmar que la ley del valor es la tendencia a que los precios se acerquen al valor de las mercancías, por tanto la suma de los precios en tendencia debe ser igual a la suma de los valores.
V. Los elementos que integran el capital (gastos de trabajo de la materia prima, gastos de fuerza de trabajo, depreciación de equipos) cuando entran en la circulación y rotación del capital pueden abaratar su valor.

OTROS APORTES IMPORTANTES
El primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción apareció en 1844 en los “Anales francoalemanes”, que se publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política.
En Bruselas a donde me trasladé a consecuencia de una orden de destierro dictada por el señor Guizot proseguí mis estudios de economía política comenzados en París. El resultado general al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social.
Al cambiar la base económica se transforma -más o menos rápidamente- toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción.
Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués.
Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana.


UBICACION ESPACIAL

El marxismo es la doctrina o cuerpo ideológico que corona con mucha coherencia las tres fuentes ideológicas más avanzadas de la Europa del Siglo XIX: el socialismo, la filosofía clásica alemana y la economía política inglesa.
esta es una corriente desarrollada entre alemania y estados unidos, que ha estado liderada por adorno, marcuseo, mas adelante, haberas, combina la psicologia freudiana y considera a otros colectivos que sufren la represion, junto a los obreros como potenciales sujetos de la revolucion. en indudable que, tras el colapso en 1989 de los sitemas que declaraban inspirarse en el marxismo, la doctrina ha quedado en evidencia ante el apogeo del liberalismo politico y economico.
no obstante, como ideologia y como marco de analisis mantienen importantes potencialidades politicas y politologicas que hacen pensar que su historia esta lejos de finalizar.




IDEAS PRINCIPALES DEL MARXISMO

El marxismo:  Si el liberalismo había removido las bases del mundo medieval que agonizó durante la «Edad Moderna», el nacimiento del marxismo va a sacudir hasta sus más profundas raíces el pensamiento del siglo XIX. Como dicen Marx y Engels en sus primeras palabras del Manifiesto Comunista: «Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo». Nada mejor que esa frase para comprender lo que significó el marxismo en su época.
El pensamiento de Marx y Engels comprende tres aspectos fundamentales que no pueden ser singularizados sin incurrir en el peligro de empobrecerlos notablemente. A pesar de la simplificación que esto conlleva, estudiaremos el marxismo a partir de estos tres aspectos: el análisis del pasado (materialismo histórico), la crítica del presente (estudio económico realizado básicamente en la obra El capital) y el proyecto de futuro (alternativa política marxista)
a) El análisis del pasado: el materialismo histórico. Para Marx, el motor que hace evolucionar la historia es la lucha de clases. Toda la historia ha sido una lucha permanente entre las clases opresoras y las oprimidas. De este modo, la historia de la Humanidad ha sido la sucesión de diferentes modos de producción, que se caracterizan por la naturaleza de las relaciones de producción existentes (entre amos y esclavos, señores y siervos, patronos y obreros...)
A lo largo de la historia se han sucedido tres grandes modos de producción: esclavismo, feudalismo y capitalismo. El paso de un sistema al otro tiene lugar cuando las contradicciones y los antagonismos de clase en el seno de un modo de producción acaban destruyéndolo. Entonces se configura una nueva clase dominante que controla los medios de producción y el aparato del Estado.
El capitalismo no es para Marx el punto de llegada de la evolución humana, sino una fase más que es preciso superar para llegar a un nuevo modo de producción, el socialismo, en el que no existirán desigualdades sociales ni económicas.
b) La crítica del presente: el análisis económico del capitalismo. La necesidad de analizar el presente, es decir, el modo de producción capitalista, movió a Marx a realizar una crítica de la economía política. Esta labor la llevó a cabo, fundamentalmente, en su obra magna: El capital. Según él, el elemento clave de la explotación capitalista es la plusvalía, que consiste en la apropiación por parte del capitalista de una parte de las ganancias que producen los obreros. Así, durante la jornada laboral, el obrero trabaja primero para producir las mercancías que equivalen a su salario. Pero después continúa trabajando, y este trabajo no pagado, constituye la plusvalía, única fuente de beneficio de los capitalistas.

La colaboración entre Marx y Engels: Marx y Engels revisan unas pruebas de imprenta. La amistad y la colaboración entre Karl Marx y Friednich Engels se inició en la década de 1840, en la que los dos formaban parte de la Liga de los Comunistas, para la que escribieron conjuntamente el Manifiesto Comunista (1848). Marx (1818-1883) nació en Alemania en el seno de una familia de la pequeña burguesía. Durante su juventud se movió en los ambientes universitarios alemanes y se doctoró en filosofía. La procedencia de Engels (1820-1895) era muy diferente: de origen alemán, era hijo de un rico fabricante de tejidos establecido en Manchester. Fue él quien aportó sus conocimientos sobre la economía política clásica y sobre las condiciones de vida de los obreros en Gran Bretaña.
c) El proyecto de futuro: la sociedad comunista. Para poner fin a la explotación del hombre por el hombre, Marx proclamó la necesidad de que el proletariado, mediante la revolución, conquistase el poder político y económico y crease un nuevo Estado obrero al servicio de los trabajadores. Esto daría lugar a un nuevo modo de producción (socialismo), en el que no existiría propiedad privada, ya que la primera misión de la revolución sería la socialización de la propiedad, que pasaría al Estado. Ahora bien, el socialismo era para Marx tan sólo una etapa intermedia, ya que la desaparición de las diferencias sociales supondría la disolución de las clases sociales. Y como no habría clases, el Estado sería innecesario, porque el Estado es la expresión de la dominación de una clase sobre otra. Poco a poco éste se iría autodisolviendo para dar paso a la sociedad comunista, es decir, igualitaria, sin clases y sin Estado.

Algunos Pensamientos de Marx:
Desde el derecho positivo, hasta las más excelsas muestras del arte, la música pintura, la arquitectura no son para Marx más que una cubierta engañosa que encubre un modo de producción, y todas esas formas exteriores no hacen más que engañar, justificar e intentar perpetuar un sistema económico.(capitalismo)
La cultura es en la mayoría de los hombres el adiestramiento que los convierte en máquinas y el derecho  no es más que la voluntad de la clase burguesa erigida en ley.
La religión es el «opio de los pueblos», ese conjunto de creencias falsas impuestas en la mente de los oprimidos para que no cuestionen nada, para que acepten mansamente su situación y esperen una recompensa en el cielo.
Para Marx el Estado es el órgano mediante el cual una clase social dominante impone, mediante el monopolio de la fuerza su voluntad a otra clase. Mientras existan clases sociales se necesitará del Estado para que una clase someta a la otra. El Estado es para Marx como la Junta directiva de la burguesía, el órgano donde, siendo competidores entre sí, acuerdan las bases para la supervivencia y beneficio de su clase.



 


ESCUELA : MARXISMO
CARLOS MARX
Carlos Marx nació en Trier, Alemania, el 5 de mayo de 1818. Su padre fue un abogado judío convertido en protestante. En 1835 comenzó sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho de Bonn, y en 1836 los continuó en Berlín, donde se doctoro en 1841. Paralelamente estudio filosofía e historiay tomo contacto con los helegianos de izquierda, dedicándose a fondo a la comprensión del sistema filosófico de Hegel, que ejercía en él una gran influencia. Desde 1841 hasta 1843 colaboro como periodista y jefe de redaccióndel diario liberal Rhenische Zeitun. Pero por la tendencia democrática revolucionaria del periódico fue censurado varias veces, hasta suprimirlo. En esa época conoce a Feuberbach, helegiano de izquierda que evolucionó hacia el materialismo, otra de sus importantes influencias. También en esos años se familiariza con los escritos de Proudhon, Fourier y Leroux, a quienes luego denominarían socialistas utópicos. En 1844 se traslada a París, en Francia conoce a los socialistas revolucionarios, y se interioriza de los escritos de Saint Simon, quien también ejerce una gran influencia en Marx. En ese año, conoce a Federico Engels, con quien Marx compartió la elaboración de su pensamientoy quien además de ser un importante colaborador, se convierte en fundamental complemento hasta el punto de que muchos de los elementos del sistema marxista se deben a su inspiración. En 1845, Marx escribió con Engels "La Sagrada Familia", obra dirigida contra los hermanos Bauer, helegianos de izquierda y en ese mismo año también redactan la IdeologíaAlemana, obra que contiene los primeros esbozos del materialismo histórico. En 1845 Marx es expulsado de París y se traslada a Bruselas. En 1847 escribe "Miseria de la Filosofía". También en ese año funda la liga de los Comunistas de Londres y escribe a petición de ella junto con Engels "El Manifiesto Comunista" que sintetiza los principiosmarxistas. En los años revolucionarios Marx dirigió en Colonia el diario "New Rheinische Zeitung", que fue clausurado al poco tiempo, y después del fracaso de la revolución de 1848, se dirijo a París, en donde fue expulsado por la manifestación del 13 de junio de 1849, entonces marcho a Londres donde paso el resto de su vida.
En Inglaterraalternó su tiempo entre los estudios que fueron base de su obra cumbre "El capital", las actividades revolucionarias, otros escritos y trabajo como corresponsal del New York Tribune. Marx, además estudia en profundidad los clásicos de la economía del período anterior (Quesnay, Smith, David Ricardo), estos son los años de elaboración del Capital, cuyo primer tomo le demando casi dos décadas de trabajo.
En 1859, publico su "Critica de la Economía Política", y más tarde en 1864 fundo la Asociación Internacional de Trabajadores, conocida como la I Internacional, Marx fue el alma de esta organización. Unificando el movimientoobrero de los diferentes países, orientando por el cauce de una actuación conjunta a las diversas formas del socialismo no proletario premarxista, a la par que combatía las teorías de todas sectas y escuelas, Marx fue forjando la táctica común de la lucha proletaria de la clase obrera en los distintos países. Pero ya no podía existir mas en Europa, entonces Marx consiguió que se trasladase a Nueva York. La I Internacional había cumplido su misión y dejaba paso a una época de desarrolloincomparablemente más amplio del movimiento había de desplegarse en extensión, con la creación de partidos obreros socialistas dentro de cada Estado nacional.
En 1867 se publica el primer tomo de "el capital", los otros fueron publicados por Engels después de la muerte de Marx que fue el 14 de marzo de 1883.
En conclusión, su vida fue una constante emigración, Berlín-Paris-Bruselas-Colonia-Londres, en este breve resumen biográfico hemos señalado las principales influencias del pensamiento marxista. En primer lugar los helegianos de izquierda, de quienes Marx tomo la dialéctica como método. Feuerbach, que determinó su acercamiento al materialismo. Los socialistas utópicos y especialmente Saint Simon, quienes contribuyeron a su concepto de socializacióny los economistas clásicos que permitieron a Marx una comprensión de la economía política, y del funcionamiento de las relaciones de producción de la época, uno de ellos David Ricardo quien formuló la teoría del valor.

CONTRIBUCIONES A LA ECONOMIA
Hace Marx una valiosa contribución al desarrollo de la economía política con su obra “Trabajo asalariado y capital” (1849). Se formula en ella la ley del valor, se demuestra que esta ley actúa a través de las fluctuaciones de los precios en torno al valor; se enuncia la definición clásica del capital como relación de producción, se explica la esencia del fetichismo de la mercancía, etc. Corona la labor científica de Marx y Engels en la década del cuarenta el “Manifiesto del Partido Comunista” (1848), escrito por los dos conjuntamente y por encargo de la “Liga de los Comunistas”. En esta obra se exponen de modo coherente bajo la forma de conclusiones clásicas los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por los fundadores del marxismo en diversas esferas del conocimiento, en particular en el campo de la economía política; se ofrece una concepción científica integral y un programa de acción combativo del proletariado. Los trabajos de la década indicada inician el estudio de los problemas de economía política sobre la base del nuevo método y presentan a la luz del materialismo dialéctico las categorías económicas más importantes. En 1859 Marx publicó el libro “Contribución a la critica de la economía política”, en el que se tratan circunstanciadamente los problemas de la mercancía y el dinero, del doble carácter del trabajo y de la mercancía fuerza de trabajo, del capital constante y variable, de la teoría de la plusvalía. En 1863 redactó Marx un nuevo manuscrito voluminoso que constituye, por su contenido, un esbozo de los cuatro tomos de “El Capital”. La parte fundamental de dicho manuscrito se ha publicado bajo el título de “Teorías de la plusvalía”. El manuscrito no se editó en vida de Marx ni de Engels. Lo publicó en 1905—1910 Kautsky, quien se permitió introducir tergiversaciones revisionistas al redactarlo; tan sólo casi 100 años después de haber sido escrito, este trabajo se ha editado en la U.R.S.S. tal como lo compuso Marx. En 1867 vio la luz el primer tomo de ”El Capital”. Marx trabajó mucho en la segunda edición de ese primer tomo, preparó las ediciones alemana y francesa, mas no pudo realizar toda la labor necesaria para la publicación de la obra entera, su principal trabajo científico. El colaborador y amigo más próximo de Marx, Engels, llevó a cabo una labor ingente con el fin de preparar para la edición los tomos II y III de “El Capital’’. El tomo II vio la luz en 1885; el III, en 1894, poco tiempo antes de la muerte de Engels. Con “El Capital” se llevó a su término la transformación revolucionaria de la economía política y se creó la economía política proletaria. El primer tomo de esta obra está dedicado al análisis del proceso de producción del capital y versa sobre el problema cardinal de la investigación: el origen y la producción de la plusvalía, la teoría de la cual “constituye la piedra angular de la teoría económica de Marx” (V.I. Lenin). El segundo tomo está dedicado al análisis del proceso de circulación del capital. En el tercer tomo se analizan la producción capitalista y la circulación en su conjunto, y las formas en que la plusvalía y las relaciones del capitalismo se presentan en la superficie de la sociedad burguesa. El cuarto y ultimo tomo contiene la historia crítica de la economía política. La investigación de las leyes de la producción capitalista permitió a Marx determinar el lugar de esta última en la historia del desarrollo de la sociedad humana, mostrar que es inevitable el hundimiento del capitalismo y su sustitución por el comunismo. Marx demostró que el capitalismo prepara todas las premisas materiales de la revolución socialista a la vez que crea a su propio sepulturero: el proletariado. La teoría de la revolución proletaria, socialista, y la doctrina sobre la dictadura del proletariado constituyen las conclusiones fundamentales de toda la actividad científica y revolucionaria de Marx. Los enemigos del comunismo han declarado en más de una ocasión que, en la actualidad, el capitalismo analizado por Marx ha cambiado radicalmente de naturaleza, por lo cual, afirman, las conclusiones de Marx han caducado. Mas la vida demuestra todos los días que el carácter fundamental del capitalismo no ha variado, no han desaparecido sus contradicciones básicas ni la explotación de los trabajadores. También hoy en día las ideas directrices de “El Capital” alientan a la clase obrera de todo el mundo en la lucha revolucionaria y ejercen un influjo inmenso sobre todo el decurso de la historia mundial. En “El Capital”, no sólo hallamos la explicación del pasado, sino, además, la previsión científica del futuro, la caracterización de la actividad revolucionaria de las masas trabajadoras que conduce al capitalismo a su inevitable hundimiento y a su sustitución por el comunismo. La victoria de las ideas marxistas ha hallado su manifestación en la Gran Revolución Socialista de Octubre, en la formación del sistema mundial del socialismo. Marx puso los cimientos de la economía política del comunismo. En las obras de Marx y ante todo en su “Critica del programa de Gotha” (1875), se exponen los rasgos fundamentales del comunismo. El nombre de Marx sobrevivirá a los siglos. “La doctrina de Marx es todopoderosa porque es verdadera” (V.I. Lenin). Se apodera cada vez más de las masas populares y constituye una grandiosa fuerza material. Ninguna doctrina, ninguna teoría ha desempeñado ni ha podido desempeñar, en la historia de la humanidad un papel semejante. Después de la muerte de Marx y Engels, Lenin elevó el marxismo a un nuevo estadio, lo desarrolló en su aplicación a las nuevas condiciones. La doctrina grande y victoriosa, del marxismo-leninismo se enriquece con la nueva experiencia de la lucha de los países que construyen el socialismo y el comunismo, de la lucha del movimiento obrero revolucionario en los países capitalistas y del movimiento de liberación nacional contra el yugo del imperialismo. Los partidos marxistas-leninistas, generalizando esta experiencia, aportan una nueva contribución a la teoría marxista—leninista.

ESCRITOS DE MARX

 
  1841 Diferencias entre la filosofía natural de Demócrito y la filosofía natural de Epicuro (Tesis doctoral)
  Crítica de la filosofía del derecho de Hegel.
  1844 Manuscritos económico-filosóficos. (Publicados en 1932)
  1845 Tesis sobre Feuerbach.
  1847 Trabajo asalariado y capital.
  1847 La miseria de la filosofía
  1848 Discurso sobre el libre cambio
  1849 La burguesía y la contrarrevolución (segundo artículo). Publicado en la Neue Rheinische Zeitung
  1849 Trabajo asalariado y capital.
  1850 Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850.
  1851-1852 El dieciocho brumario de Luis Bonaparte.
  1853 La dominación británica en la India.
  1853 Futuros resultados de la dominación británica de la India.
  1854 La España revolucionaria.
  1859 Contribución a la Crítica de la Economía Política.
  1864 Manifiesto inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores.
  1865 Salario, precio y ganancia.
  1867 El Capital
  1871 La guerra civil en Francia.   1874 Acotaciones al libro de Bakunin El Estado y la Anarquía.

 

 
ENGELS, FEDERICO (1820-1895):
uno de los fundadores del marxismo, jefe y maestro del proletariado internacional, amigo y colaborador de Marx. En los primeros años de la década de 1840, Engels abandona las posiciones de demócrata revolucionario, y cumple el tránsito al comunismo científico. Engels contribuyó con una aportación valiosísima a elaborar todas las partes integrantes del marxismo: la filosofía, la economía política y el comunismo científico. Se encontró con Marx en 1844; con él dirigió el movimiento obrero revolucionario y creó la nueva doctrina revolucionaria. “No es posible comprender el marxismo ni es posible exponerlo coherentemente sin tener en cuenta todas las obras de Engels” (V. I. Lenin). En 1844 publicó Engels en los “Anales franco-alemanes” su primer trabajo sobre economía política: “Esbozo de una crítica de la economía política”. Marx lo calificó de ensayo genial sobre la economía política proletaria. En este trabajo se analizan los fenómenos y contradicciones fundamentales del capitalismo desde el punto de vista del proletariado revolucionario, se someten a crítica las concepciones de los representantes de la economía política burguesa y a los apologistas directos del capital (Malthus y otros). En 1845, Engels dio a la luz el libro “La situación de la clase obrera en Inglaterra”, en el que trazó un cuadro estremecedor de las penalidades de la clase obrera. Al mismo tiempo mostró, por primera vez, que el proletariado no es sólo una clase que sufre: su dura situación económica le obliga a luchar por su emancipación derrocando el régimen capitalista. En 1845-1846 Engels escribió con Marx “La ideología alemana”, libro en que por primera vez se hace una amplia exposición de los principios fundamentales del comunismo científico. En esta obra, se enuncia la idea de que las formaciones sociales se suceden unas a otras en virtud de determinadas leyes, se demuestra que el hundimiento del capitalismo es inevitable, se explica que el proceso del desarrollo social se basa en el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción. En 1847, Engels escribió “Principios del comunismo”, proyecto de programa de la “Liga de los comunistas”. Estos “Principios’’ sirvieron de base para el “Manifiesto del Partido Comunista” (1848), redactado por Marx y Engels, donde el marxismo aparece como una concepción coherente del mundo y como una unidad integrada por la economía política, la filosofía y el socialismo científico.
En la elaboración teórica del marxismo y en su defensa desempeñó un papel muy importante la obra de Engels “Anti—Dühring” (1878). Escrita como trabajo polémico contra el ideólogo burgués E. Dühring, contiene una exposición multilateral del marxismo. En la segunda parte del libro (“Economía política”) y partiendo de la doctrina económica de Marx, Engels define el objeto y el método de la economía política, pone de manifiesto el papel revolucionario de las fuerzas de vanguardia en el tránsito de la vieja a la nueva sociedad, muestra la conexión recíproca existente entre la economía y el poder político, analiza el origen de las clases y las premisas económicas de la revolución socialista. Engels expone, asimismo, la concepción marxista del valor, de la plusvalía, del trabajo simple y complejo del capital, de la renta del suelo y del dinero. El capítulo X del “Anti-Dühring” se debe a la pluma de Marx, quien trata en él de algunos problemas concernientes a la historia de la economía política. En la tercera parte (“Socialismo’’), Engels caracteriza los rasgos principales de la futura sociedad comunista, cuyo establecimiento constituye, para la humanidad, el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad. En la “Dialéctica de la naturaleza’’ (obra escrita entre 1873-1882, publicada en 1925), Engels demostró que el trabajo desempeñó el papel decisivo en el nacimiento, desarrollo y perfeccionamiento del hombre y de la sociedad humana. En 1884, escribió “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, libro considerado por Lenin como una de las obras fundamentales del socialismo moderno. En este trabajo, Engels explicó, desde un punto de vista marxista, la sociedad primitiva, el origen y desarrollo de la división social del trabajo, de la producción mercantil, de la propiedad privada y del Estado. Engels ayudó sistemáticamente a Marx en su labor sobre “El Capital”. Después de la muerte de Marx (1883), Engels dirigió durante 10 años el movimiento obrero internacional y llevó a cabo una labor gigantesca en la preparación para la prensa de los tomos II y III de “El Capital’’ (el tomo II se editó en 1885; el III, en 1894). “En realidad, estos dos tomos de “El Capital” son el trabajo de dos hombres: de Marx y Engels” (V. I, Lenin). Engels formuló una serie de ideas profundas sobre las nuevas peculiaridades del capitalismo en el bosquejo de “La bolsa”, en las notas complementarias al tomo III de “El Capital” y en otros trabajos. Es muy importante el libro de Engels “El problema campesino en Francia y en Alemania” (1894), en el que se da un gran paso adelante en el estudio del problema campesino. Engels hizo hincapié en la necesidad de atraer a los campesinos al lado del proletariado en los países de población campesina importante, y ello como condición capitalísima para la conquista del poder político. También señaló cuál iba a ser la política del futuro Estado proletario respecto a los campesinos. Engels demostró la necesidad de pasar de la pequeña economía campesina privada a la economía colectiva, y subrayó que este paso no se ha de realizar por la fuerza, sino por medio del ejemplo y de la ayuda social. A la vez que indicó la necesidad de expropiar la gran propiedad territorial y la propiedad industrial capitalista, admitió la posibilidad de que se indemnizaran. La gran doctrina revolucionaria creada por Marx y Engels ha sido desarrollada en nuevas condiciones históricas, por Lenin, y en la época actual la desarrollan y enriquecen los partidos marxistas-leninistas. El nombre de Federico Engels goza de un respeto y un cariño infinitos entre los trabajadores de todo el mundo.

 






 1874 (E): Carta de Engels a Friedrich Adolph Sorge (12 [-17] de septiembre de 1874)






LENIN, VLADÍMIR ILICH (1870—1924):
jefe de la clase obrera rusa e internacional, gran continuador de la obra de Marx y Engels, fundador del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Estado soviético. A finales de los años ochenta del siglo pasado y durante la ultima década del mismo, Lenin estudia el marxismo y se incorpore a la lucha política. Desde entonces, Lenin desempeña un relevante papel en la elaboración creadora de todos los aspectos de la teoría marxista aplicada a la nueva situación histórica, en la aplicación concreta de dicha teoría teniendo en cuenta las condiciones de Rusia, en la dirección del movimiento revolucionario ruso e internacional de la clase obrera y de todos los trabajadores. En diversas etapas históricas, Lenin resolvió con espíritu creador los problemas del desarrollo social que habían madurado, enriqueció el marxismo con magnos descubrimientos. Con pleno derecho se ha denominado marxismo—leninismo la teoría revolucionaria de la clase obrera. Lenin contribuyó con una extraordinaria aportación al desarrollo de la economía política marxista. En los inicios de su actividad revolucionaria, Lenin llevó hasta el fin la derrota ideológica del populismo.
 
En los trabajos “Nuevos movimientos económicos en la vida campesina” (1893), “En torno al llamado problema de los mercados” (1893), “¿Quiénes son los «amigos del pueblo» y cómo luchan contra los socialdemócratas?” (1894), “Contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve. (Reflejo del marxismo en la literatura burguesa)” (1895), y también en la obra clásica “El desarrollo del capitalismo en Rusia’’ (1899), Lenin, aplicando con espíritu creador el marxismo al análisis del régimen económico de Rusia, sometió a una crítica exhaustiva las concepciones de los populistas y de los marxistas legales. Lenin mostró que en el proceso de desarrollo del capitalismo tal como se daba en Rusia, se manifestaban las leyes generales del modo capitalista de producción. Criticó los errores teóricos de los populistas, que, en lo tocante al mercado interior y al desarrollo del capitalismo en Rusia, afirmaban que la plusvalía no podía realizarse si no existían los pequeños productores y el mercado exterior. Demostró que en un país donde se desarrolla el capitalismo, se produce una diferenciación de los pequeños labradores en empresarios agrícolas y proletarios asalariados, de suerte que el capitalismo crea para si el mercado interior. Representaron una contribución importantísima para la economía política marxista los trabajos de Lenin sobre la cuestión agraria en los cuales se generalizan los datos concernientes al desarrollo de la agricultura en Rusia y en otros países: “El problema agrario y los «críticos de Marx»” (1907), “El programa agrario de la socialdemocracia en la primera revolución rusa de 1905 — 1907’’ (1907), “Nuevos datos acerca de las leyes del desarrollo del capitalismo en la agricultura” (1914-1915), y otros. En su lucha contra el revisionismo ruso y de Europa occidental, que negaba la vigencia de las leyes de la concentración y de la centralización del capital en la agricultura, Lenin analizó científicamente las particularidades que presenta el desenvolvimiento del capitalismo en el agro. Desenvolvió la teoría marxista sobre la renta diferencial y la renta absoluta, puso de relieve la función obstaculizadora de esta última para el progreso de las fuerzas productivas en el campo, mostró la inconsistencia de las afirmaciones de los economistas burgueses sobre la existencia de la “ley de la fertilidad decreciente del suelo”. Examinó el problema relativo a la posibilidad, las condiciones y las consecuencias económicas de la nacionalización de la tierra en la revolución democrático-burguesa y en la socialista. Lenin desarrolló con espíritu creador la doctrina de Marx y Engels después de investigar los nuevos fenómenos que, en el desarrollo del capitalismo, aparecieron a últimos del siglo XIX y comienzos del XX, creó la teoría del imperialismo y sentó las bases de la doctrina sobre la crisis general del capitalismo. Lenin expuso su análisis científico del imperialismo en su obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo” (1916) así como en sus trabajos: “La bancarrota de la II Internacional” (1915), “El socialismo y la guerra” (1915), “La consigna de los Estados Unidos de Europa” (1915) ‘‘En torno al folleto de Junius” (1916), “Sobre una caricatura del marxismo y sobre el «economismo imperialista»” (1916), “El programa militar de la revolución proletaria” (1916), ‘‘El imperialismo y la escisión del socialismo” (1916), y otros. Lenin puso de manifiesto que los monopolios constituyen la base más profunda del imperialismo, descubrió el nexo y la relación recíproca entre las peculiaridades económicas fundamentales del imperialismo y mostró cuál es el lugar histórico que le corresponde. Llegó a la conclusión de que el imperialismo es el capitalismo: 1) monopolista, 2) parasitario o en descomposición y 3) agonizante. De ahí que eI imperialismo sea la antesala de la revolución socialista. Lenin mostró que en la época imperialista se forma el sistema capitalista de economía mundial, y la explotación del trabajo por el capital se complementa con la explotación de los pueblos de los países coloniales y semicoloniales por el capital financiero de las metrópolis. Éste es el motivo de que el hundimiento del capitalismo se produzca como resultado de la lucha revolucionaria de la clase obrera por el socialismo y de la lucha de liberación nacional que sostienen los pueblos sometidos al imperialismo. No puede salvar al régimen capitalista el capitalismo monopolista de Estado, que une la fuerza de los monopolios y del Estado en un solo mecanismo, con el fin de enriquecer a los monopolios y aplastar tanto al movimiento obrero como al de liberación nacional. Lenin mostró que el capitalismo monopolista de Estado constituye la preparación material más completa del socialismo. Realizó un profundo análisis de la ley de la desigualdad del desarrollo económico y político de los países capitalistas en el período del imperialismo y llego a la conclusión de que la revolución socialista podía triunfar inicialmente en varios países capitalistas o en uno solo de ellos. Esto constituía el desarrollo creador de la teoría de la revolución socialista cuya veracidad ha sido brillantemente confirmada por la historia. Importantísima es la contribución de Lenin al desenvolvimiento de la economía política del socialismo y del comunismo. En sus trabajos “El Estado y la revolución” (1917). “Las tareas inmediatas del Poder Soviético” (1918), “Cómo organizar la emulación’’ (1918), “Una gran iniciativa” (1919), “Acerca de un plan económico único” (1921), “Economía y política en la época de la dictadura del proletariado” (1919), “Sobre el impuesto en especie” (1921). “De la cooperación” (1923) y otros varios, Lenin sentó las bases de la economía política del socialismo y del comunismo. Formuló una caracterización general del socialismo y del comunismo, puso de manifiesto los rasgos comunes a las dos fases del comunismo, mostró la diferencia esencial que entre una y otra existe y que es determinada por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, por el grado de madurez económica y política de la saciedad, por la preparación cultural de los trabajadores. Al señalar las tareas de la edificación socialista en Rusia, Lenin indicaba que era necesario electrificar el país, organizar la industria, la agricultura y el transporte sobre la base técnica de la gran industria moderna. Consideraba Lenin que la productividad del trabajo es lo más importante para la victoria del nuevo régimen social. De ahí que la tarea principal, después de la victoria de la revolución socialista, consista en alcanzar la máxima productividad del trabajo, y en relación con ello (y para ello), lograr su máxima organización. Mostró que una vez el proletariado en el poder del Estado, el auge de las fuerzas productivas de la agricultura se halla vinculado a la transformación socialista da la agricultura mediante la cooperación. A la vez que exhortaba a aprovechar el entusiasmo revolucionario de las masas, Lenin insistía en la extraordinaria importancia que tiene, bajo el socialismo, interesar a los trabajadores en el aspecto material por los resultados de su trabajo. Lenin reveló el valor de la emulación socialista como recurso cardinal para incorporar a las masas a la edificación de la nueva sociedad y elevar la productividad del trabajo. Estimó en alto grado los sábados comunistas como una gran iniciativa, consciente y voluntaria, de los trabajadores y vio en este movimiento el “principio del comunismo en la práctica”. Consideraba que constituye una condición importantísima y necesaria de las transformaciones socialistas y comunistas asegurar a cada miembro de la sociedad las mismas posibilidades de utilizar todos los resultados de la ciencia y de la cultura, asegurar el desarrollo libre e integral de cada trabajador. Formuló los principios de la revolución cultural socialista, en el transcurso de la cual el saber se convierte en patrimonio de las amplias masas trabajadoras. Dedicó gran atención a elaborar los principios en que ha de basarse el gobierno de la sociedad y con este motivo caracterizó la correlación entre economía y política en el período de la construcción del socialismo. “La tarea de dirigir el Estado —escribió Lenin— planteada ahora en primer término ante el Poder Soviético presenta, además, la particularidad de que ahora se trata de una dirección en que no es la política, sino la economía lo que adquiere principal importancia”. Lenin demostró que sólo la vanguardia de la clase obrera, el Partido Comunista, orientador de la actividad de los trabajadores en todas los esferas de la vida social, puede dirigir el proceso de las transformaciones sociales. Lenin dirigió un inmenso trabajo práctico en la creación de la nueva sociedad en la U.R.S.S. Bajo su dirección, el Partido elaboró el plan de la transformación radical del país, el plan de la edificación del socialismo. Al formular la teoría sobre la victoria de la revolución socialista en un solo país, Lenin fundamentó el principio de la coexistencia pacífica de los estados socialistas y capitalistas, así como el de la emulación económica entre ellos. La herencia leninista constituye una de las fuentes de la actividad creadora del Partido Comunista de la Unión Soviética y del movimiento comunista internacional con miras a la transformación revolucionaria de la sociedad, a la edificación del socialismo y del comunismo. Las ideas de Lenin se han concretado y desarrollado en el programa del P.C.U.S. adoptado por el XXII Congreso del Partido (1961), programa que constituye el plan científico de la construcción de la sociedad comunista.

IDEAS PRINCIPALES
Para Lenin salvaguardar los fundamentos teóricos del marxismo es la tarea más importante para los marxistas conscientes ante estos momentos de crisis. “Precisamente, nos dice, porque el marxismo no es un dogma muerto, no es una doctrina acabada, terminada, inmutable, sino una guía viva para la acción, no podía por menos de reflejar en sí el cambio asombrosamente brusco de las condiciones de la vida social. El reflejo de ese cambio ha sido una profunda disgregación, la dispersión, vacilaciones de todo género, en una palabra, una crisis interna  sumamente grave del marxismo. La resistencia decidida a esa disgregación, la lucha resuelta y tenaz en pro de los fundamentos del marxismo se ha puesto de nuevo a la orden del día. Capas extraordinariamente amplias de las clases que no pueden prescindir del marxismo al formular sus tareas, lo habían asimilado en la época precedente de un modo extremadamente unilateral, deforme, aprendiéndose de memoria unas u otras “consignas”, unas u otras soluciones a los problemas tácticos y sin comprender los criterios marxistas que permiten valorar esas soluciones”.
El auge de los movimientos sociales que se oponen a la globalización neoliberal ha levantado voces desde la izquierda que sustituyen el enfoque de clases por lo movimientista, lo que significa el abandono de tesis fundamentales del marxismo. Al respecto Lenin nos dice: “Los hombres han sido siempre en política víctimas necias del engaño de los demás y del engaño propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las frases,  declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase. Los partidarios de reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo mientras no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de unas u otras clases dominantes. Y para vencer la resistencia de esas clases, solo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, educar y organizar para la lucha a las fuerzas que puedan –y, por su situación social, deban- formar la fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo”.

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