viernes, 15 de octubre de 2010

ESCUELA NEOLIBERAL


ESCUELA NEOLIBERAL

Definición: El término neoliberalismo, abreviación de neoclassical liberalism (liberalismo neoclásico), es un neologismo que hace referencia a una política económica que considera contraproducente el excesivo intervencionismo estatal en materia social o en la economía y defiende el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país, salvo ante la presencia de las denominadas fallas del mercado Se suele considerar como una reaparición del liberalismo decimonónico, aunque esta afirmación no es del todo exacta por la ambigüedad ideológica que presenta como concepto, y por su base teórica neoclásica. Es usado con el fin de agrupar a un conjunto de ideologías y teorías económicas que promueven, según sus defensores, el fortalecimiento de la economía nacional a través de incentivos empresariales y la entrada en el proceso globalizador, y según sus críticos, los intereses de grupos económicos corporativo-mercantilistas. Generalmente el neoliberalismo es neutral con respecto a la libertad individual civil. El llamado neoliberalismo en buena medida, fruto del trabajo teórico de economistas de la Escuela de Chicago como Milton Friedman que desde mediados de los años 50 se convirtieron en críticos opositores de las políticas de intervención económica que se adoptaban en todo el mundo. A finales de los años 70 sus teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico y político por dar respuesta al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis de 1973. En efecto, la aplicación de los preceptos keynesianos, no sólo no creaba empleo sino que además desató una epidemia inflacionaria mundial (estanflación) y creó unos déficit presupuestarios insostenibles. La crítica de estos autores tenía tres vertientes: discutían el uso del aumento de la masa monetaria como instrumento para crear demanda agregada recomendando mantener fija dicha magnitud; desaconsejaban el uso de la política fiscal, especialmente el uso del constante déficit presupuestario, poniendo en duda el multiplicador keynesiano; y recomendaban una reducción en los gastos del Estado como única forma práctica de incrementar la demanda agregada. En aquellos mismos años los trabajos de la Escuela Austríaca, como los de Friedrich Hayek, Ludwig von Mises y Carl Menger, empezaron a tener mayor relevancia; aunque esta escuela discrepa tanto con el keynesianismo como del monetarismo asociado comúnmente al denominado neoliberalismo. La mayor parte de los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin a la predominancia que el keynesianismo había la mayoría de escuelas de pensamiento económico desde los años 30. Tanto Margaret Thatcher como la administración de Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados desiguales. En el Reino Unido, se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público que, si bien tuvo consecuencias negativas en el corto plazo en el terreno social, reactivó la economía y dio una gran dinamismo al sector productivo. En los Estados Unidos, similares medidas chocaron con el aparato político y la vocación militarista del entorno de Reagan por lo que solo se logró crear un gran déficit fiscal (las iniciativas de reducción de impuestos prosperaron pero no las de control del gasto social o del gasto militar que eran las principales partidas). Se aprecia en la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, un modelo económico monetarista con algunos rasgos keynesianos, siendo estos manejados por su equipo de economistas, los Chicago Boys. Estos serían vitales para la reestructuración económica de Chile marcadas por la crisis mundiales y la nacionalización del cobre, es el llamado Milagro de Chile. De estas experiencias y de las dificultades para aplicar esas políticas a países en desarrollo, nació una división entre los economistas partidarios de la nueva doctrina. Algunos volvieron a una versión keynesiana con inclinación monetarista que incorporaba la aversión al déficit y a la fabricación de dinero pero no al concepto de intervención pública en la economía (Consenso de Washington) mientras otros opinaron que la reducción del Estado debía ser aún más drástica hasta limitarlo a lo completamente imprescindible. En este último grupo se encuentran los movimientos libertarianos norteamericanos que son los que más suelen relacionarse al concepto de neoliberalismo. Pero, los críticos de la economía de mercado capitalista suelen usar el concepto como una generalización sobre cualquier posición que o ponga limites a la intervención de los Estados en la economía o que amplíe el poder de las empresas privadas multinacionales (según el origen de la crítica). En América Latina por ejemplo es común identificar el término neoliberal con las recomendaciones del Consenso de Washington aunque a nivel académico se considere erróneo relacionarlas con medidas de mercado abierto. El neoliberalismo tendría entonces una razón geopolítica antes que ser la práctica de un mercado libre, razón que explicaría que sea asociado al corporativismo internacional. En resumen, el término neoliberal no define una teoría económica concreta, y se usa más para refererirse al sistema o la institucionalización del liberalismo económico en el comercio mundial, tampoco el neoliberalismo es una filosofía política unificada por la diversidad de escuelas y movimientos que se le suelen relacionar. Algunos sectores críticos usan el termino neo liberalismo con frecuencia como etiqueta ideológica peyorativa; mientras que los defensores de estas políticas rechazan el neoliberalismo como una una etiqueta falaz creada por algunos sectores de izquierda y de centro (e incluso de derecha) para descalificar sumariamente a sus adversarios políticos, mientras prefieren definirse a sí mismos como "liberales".


ORIGEN:

Los neoliberales tienen su origen en la escuela neoclásica en la segunda mitad del siglo XIX y su preocupación central fue la asignación eficiente de recursos. Ellos partieron la realidad en dos: teoría del consumidor y de la producción, como si fueran dos mundos independientes. A inicios del siglo XX se dedicaron también a los grandes agregados económicos. A partir de los años sesentas, pero en particular los setentas, fueron complementados con el monetarismo que plantea que el dinero no tiene efecto alguno sobre el nivel de actividad. Sólo hay efectos sobre los precios y posteriormente, en otro enfoque, sobre las reservas internacionales. Luego se sumarían vertientes más radicales, como las expectativas racionales, que consideran inutil toda intervension estatal.
El término nació de la necesidad de diferenciar el liberalismo económico previo a la Primera Guerra Mundial, de los modelos económicos de la democracia liberal surgidos durante la Guerra Fría, siendo el neoliberalismo en todos los casos, un conjunto de ideas bastante alejadas de la ortodoxia liberal del siglo XIX. El llamado neoliberalismo en cierta medida consiste en la aplicación de los postulados de la escuela neoclásica en política económica. No define una teoría económica concreta, y se usa más para referirse a la institucionalización de un sistema en el comercio mundial. Tampoco el neoliberalismo es una filosofía política unificada debido a la diversidad de escuelas y movimientos que se le suelen relacionar.


ANTECEDENTES:


Las teorías que dan base al llamado neoliberalismo comenzaron a tomar fuerza tras las sucesivas crisis de estanflación que sacudieron a la economía occidental en los años setenta y que no encontraban solución en las habituales políticas keynesianas del periodo.

El keynesianismo propugnaba la temporal intervención del Estado como motor para resolver los problemas de recesión y desempleo que tuvieron su máxima expresión en la Gran Depresión de 1930. A medida que los paises sucumbían ante la crisis y las políticas liberales tradicionales parecían no dar resultados, las sociedades comenzaron a interesarse por alternativas al capitalismo laissez faire. Hubo quienes centraron su atención en los fascismos, que proponían un fuerte intervencionismo en la economía, mientras que otros se sintieron atraidos por el comunismo y el ejemplo de la Unión Sovietica que no se vio tan afectada por la depresión del 30'.
De los múltiples economistas teóricos que intentaron explicar las caóticas circunstancias reinantes y organizar acciones correctivas a futuro sobresalió Keynes, cuya tesis propuso una serie de medidas para "salvar al capitalismo desde el capitalismo": contrariamente a las recetas de los clásicos, que insistían en la disminución del gasto público, Keynes propuso favorecer el rol anticíclico del Estado mediante el aumento del gasto público incluso a niveles sostenidamente deficitarios para favorecer la creación de empleo, el incremento de precios para hacer frente a la deflación; o la disminución de la inversión gubernamental y el incremento de la presión impositiva para domar las escaladas inflacionarias.

sin embargo,el neoliberalismo suele defender algunos conceptos filosóficos del viejo liberalismo clásico del siglo XIX, aunque sus alineamientos políticos y su empecinamiento con ideas posteriores, hace de él una doctrina diferente de dicho liberalismo clásico.[5]
Entre las cuestiones ampliamente promovidas por el neoliberalismo están la extensión de la iniciativa privada a todas las áreas de la actividad económica o la limitación del papel del Estado. Entre las ideas y principios introducidos por el neoliberalismo y ausentes en el liberalismo clásico están el principio de subsidiaridad del Estado (desarrollado por los ordoliberales alemanes, que habían puesto en marcha algunas de sus propuestas en el denominado Milagro alemán de posguerra), y en especial, el monetarismo de la Escuela de Chicago que, desde mediados de los años 50, se convirtió en crítico opositor de las políticas de intervención económica que se adoptaban en todo el mundo, junto con aportaciones del enfoque macroeconómico keynesiano.
A finales de los años 70, estas teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico y político por dar respuesta al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis de 1973. Las ideas keynesianas sugerían una relación inversa entre inflación y empleo, tal como sugiere la curva de Phillips. Sin embargo Milton Friedman había señalado que esa relación no era necesaria, como quedó demostrado por el fenómeno de la estanflación. El nuevo escenario estanflacionario desafiaba los postulados keynesianos, en esas circunstancias, las ideas monetaristas revivieron audiencia y credibilidad, como consecuencia se implementaron nuevas medidas antikeynesianas como simultanear acciones antirrecesivas y antiinflacionarias. La crítica de los monetaristas tenía tres vertientes:
1.    discutían el uso del aumento de la masa monetaria como instrumento para crear demanda agregada, recomendando mantener fija dicha magnitud;
2.    desaconsejaban el uso de la política fiscal, especialmente el uso del constante déficit presupuestario, poniendo en duda el multiplicador keynesiano; y
3.    recomendaban una reducción en los gastos del Estado como única forma práctica de incrementar la demanda agregada.
 La cultura científica y el modelo de racionalidad que ha regido en la sociedad occidental se desvanece. La modernidad, la idea de progreso lineal e indefinido, la productividad racionalista, la concepción positivista, la tendencia etnocéntrica y colonial a imponer el modelo de verdad, bondad y belleza propio de occidente como el modelo superior, y la concepción homogénea del desarrollo humano que discrimina y desprecia las diferencias de raza, de sexo y de cultura..., se desmorona ante las evidencias de la historia de la humanidad en el siglo XX, cuajada de catástrofes y hostilidad.

La postmodernidad, o condición postmoderna, podría definirse como una condición social propia de la vida contemporánea, con unas características económicas, sociales y políticas bien determinadas por la globalización de la economía de libre mercado, la extensión de las democracias formales como sistemas de gobierno y el dominio de la comunicación telemática que favorece la hegemonía de los medios de comunicación de masas y el transporte instantáneo de la información a todos los rincones de la tierra.

El pensamiento postmoderno o filosofía postmoderna hace referencia al pensamiento filosófico y científico que se desarrolla tanto por la crítica histórica a los desarrollos unilaterales e insatisfactorios de la modernidad como a la proliferación de alternativas marginales y a la cobertura intelectual de las condiciones sociales y formas de vida que caracterizan la postmodernidad. La filosofía post- moderna es lo que más se identifica con el termino genérico postmodernidad que se utiliza habitualmente.

 

APORTES TEORICOS:
 


La mayor parte de los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin a la predominancia que el keynesianismo tenía en la mayoría de las escuelas de pensamiento económico desde los años 30. Tanto Margaret Thatcher como la administración de Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados desiguales[cita requerida]. En el Reino Unido, se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público que, si bien tuvo consecuencias negativas en el corto plazo en el terreno social, reactivó la economía y dio una gran dinamismo al sector productivo. En los Estados Unidos, similares medidas chocaron con el aparato político y la vocación militarista del entorno de Reagan por lo que solo se logró crear un gran déficit fiscal (las iniciativas de reducción de impuestos prosperaron pero no las de control del gasto social o del gasto militar -gasto público-que eran las principales partidas).
Se aprecia en la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, un modelo económico monetarista con algunos rasgos keynesianos, siendo estos manejados por su equipo de economistas, los Chicago Boys. Estos serían vitales para la reestructuración económica de Chile marcada por las crisis mundiales y la nacionalización del cobre realizada durante el gobierno popular de Salvador Allende en el año 1971, siendo llamada el Milagro de Chile, mientras que en los países de la región latinoamericana colapsaban las aplicaciones del modelo cepalino desarrollista y se experimentaba la crisis de la deuda externa produciendo la denominada Década perdida.
De estas experiencias y de las dificultades para aplicar esas políticas a países en desarrollo, surge una versión keynesiana con inclinación monetarista que incorporaba la aversión al déficit y a la fabricación de dinero pero no al concepto de intervención pública en la economía (ej. Consenso de Washington, término acuñado en 1989 por el economista John Williamson para referirse al tipo de políticas fiscales y monetarias recomendadas para los países en desarrollo por los organismos con sede en Washington Banco Mundial, FMI y Tesoro estadounidense, entre otros).
Por ello se lo relaciona con la tecnocracia de los organismos públicos internacionales, debido a que sus políticas son principalmente impulsadas desde el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismos que no dependen de las Naciones Unidas y están por ello exentos del control directo de la comunidad internacional de países y a los que en ocasiones se acusa de ejercer presión política y extorsión. En la práctica, estas políticas toman como modelo de economía (salvo en lo referente al proteccionismo) a la estadounidense (véase: sistema americano, capitalismo democrático).
El neoliberalismo, como política tecnocrática y macroeconómica (y no propiamente filosófica), tiene una dimensión geopolítica mercantilista ajena en la práctica al liberalismo económico propiamente dicho, es decir el neoliberalismo no es necesariamente sinónimo de mercado libre -sin trabas burocráticas ni privilegios sectoriales-, razón que explicaría que sea asociado al corporativismo internacional.
Características
Las políticas macroeconómicas recomendadas por teóricos o ideólogos neoliberales (en principio recomendaciones a países tanto industrializados como en desarrollo) incluyen:
·         Políticas monetarias restrictivas: Aumentar tasas de interés o reducir la oferta de dinero. Con ello disminuye la inflación y se reduce el riesgo de una devaluación. No obstante con ello se inhibe el crecimiento económico ya que se disminuye el flujo de exportaciones y se perpetúa el nivel de deuda interna y externa denominada en monedas extranjeras. Así mismo, se evitan los llamados ciclos del mercado.
·         Políticas fiscales restrictivas: Aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos sobre la producción y la renta; eliminar regímenes especiales; disminuir el gasto público. Con ello se supone que se incentiva la inversión, se sanean las finanzas públicas y se fortalece la efectividad del Estado. No obstante no se distingue entre los niveles de ingreso de los contribuyentes, donde unos puede pagar más impuestos que otros, y se grava a las mayorías mientras que se exime a las minorías, deprimiéndose así la demanda, si bien se busca apoyar la oferta, buscando el bienestar de toda la sociedad. Tampoco se reconoce que el gasto público es necesario, tanto para el crecimiento como para el desarrollo (comparar históricamente ejemplos de países industrializados); para la protección de sectores vulnerables de la economía y la población; y para la estabilidad social y económica en general.
·         Liberalización: Tanto la liberalización para el comercio como para las inversiones se supone que incentivan tanto el crecimiento como la distribución de la riqueza, al permitir:
1.    una participación más amplia de agentes en el mercado (sin monopolios u oligopolios),
2.    la generación de economías de escala (mayor productividad),
3.    el aprovechamiento de ventajas competitivas relativas (mano de obra barata, por ejemplo),
4.    el abaratamiento de bienes y servicios (al reducirse costos de transportación y del proteccionismo), y
5.    el aumento en los niveles de consumo y el bienestar derivado de ello (en general aumento de la oferta y la demanda en un contexto de «libre» mercado, con situaciones de equilibrio y utilidades marginales).
·         Privatización: Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos y que el Estado debe adelgazarse para ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riqueza.
·         Desregulación: Se considera que demasiadas reglas y leyes inhiben la actividad económica y que su reducción a un mínimo necesario (sobre todo la garantización del régimen de propiedad y de la seguridad) propician un mayor dinamismo de los agentes económicos.
En todos los casos, los teóricos denominados neoliberales afirman que la mejor manera de alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un crecimiento total del producto, que por su propia dinámica permea al total de los integrantes de la sociedad (la llamada trickle down policy); como liberales promueven «mediante el beneficio individual, alcanzar el beneficio de toda la sociedad».


UBICACION ESPACIAL:

El  “neoliberalismo” es confuso. Prácticamente desconocido en Estados Unidos, tiene alguna utilización en Europa, especialmente en los países del este. Está ampliamente difundido en América Latina, África y Asia. Sin embargo, esta difusión tiene poco que ver con su origen histórico. Forma parte del debate público que se produce en tales regiones, en el que la retórica -que es una ciencia autónoma- tiene un rol protagónico para darle o quitarle el sentido a las palabras.
Ahí donde tiene difusión el “neoliberalismo”, es utilizado para asimilar con el liberalismo, a veces despectivamente, a veces con cierta pretensión científica, políticas, ideas o gobiernos que, en realidad, no tienen nada que ver con él. Esta práctica ha llevado a muchos a considerar que se encontraban frente a un mito contemporáneo: el “neoliberalismo” sólo existía en la imaginación de quienes usaban el término.
Este rechazo se ve incrementado además porque actualmente resulta muy difícil encontrar un liberal que se reclame a sí mismo como perteneciente a aquella subespecie, calificándose como “neoliberal”. Por el contrario, quienes lo usan son generalmente sus detractores.

Entre 1980 y 2000, en varios países llegaron al gobierno diversos políticos y dirigentes favorables a programas económicos neoliberales. Esto sucedió especialmente en los países anglosajones y en América Latina, la siguiente lista, incluye algunos de los presidentes que aplicaron, en distinto nivel y efectividad, varias políticas descritas como neoliberales:
·         Argentina: Carlos Menem y Fernando de la Rúa (El programa Cavallista de economía estaba basado en políticas Keynesianas y no clásicas liberales. Investigar)
·         Bolivia: Gonzalo Sánchez de Lozada
·         Brasil: Fernando Collor de Mello y Fernando Henrique Cardoso
·         Costa Rica: Oscar Arias
·         Chile: Augusto Pinochet
·         Colombia: César Gaviria y Álvaro Uribe Vélez
·         Estados Unidos: Ronald Reagan
·         México: Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón
·         Paraguay: Juan Carlos Wasmosy
·         Perú: Alberto Fujimori
·         Reino Unido: Margaret Thatcher
·         Uruguay: Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti
·         Venezuela: Carlos Andrés Pérez
·         España:Jose Maria Aznar, Esperanza Aguirre
·         Puerto Rico:Luis Fortuño.
1º CHILE, 1973, como ya se decía antes, Chile fue el laboratorio donde se experimentó por primera vez el Proyecto Neoliberal. Fueron justamente los economistas de la Universidad de Chicago, los "Chicago Boys", bajo la dirección del premio Nobel Milton Friedman, los encargados de dicha experimentación;
2º BOLIVIA, 1985, bajo el Gobierno de Víctor Paz Stenssoro, que aplicó por primera vez el Proyecto Neoliberal la política del "shock", es decir aplicar simultáneamente todas las políticas y con la mayor rapidez posible;
3o. MÉXICO, 1988, bajo el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que por su fidelidad en la aplicación del Proyecto Neoliberal fue condecorado públicamente por Margaret Tatcher;
4o. ARGENTINA. 1989, bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem y su famoso ministro de economía, Cavallo;
5o. VENEZUELA, 1989, bajo el Gobierno de Carlos Andrés Pérez, cuya aplicación inicial dio origen al famoso "caracazo";
6o. PERÚ. 1989, Fujimori, ahora escapado de la justicia peruana, que ganó con un programa no neoliberal y compitiendo contra un neoliberal declarado, -Vargas Llosa-, pero que una vez llegado al gobierno abandonó;
7o. BRASIL, 1989, primero bajo el gobierno de Fernando Collor, pero sobre todo bajo el Gobierno de Sarney, cuyo Ministro de Hacienda fue Fernando Henrique Cardoso y que implantó el famoso PLAN REAL.



APLICABILIDAD DE SUS IDEAS:

 
1.    El Neoliberalismo como Ideología
  El modo más sutil que puede arbitrar una ideología para imponerse y perdurar es proclamar la muertede las ideologías y mostrarse bajo otro semblante, por ejemplo, la ciencia. Es lo que sucedió por casi un siglo con el positivismo.
La ciencia positiva hace las veces de la política, la filosofía y la teología, y siempre como evidencia apodíctica y sagrada. Y así, disentir razonablemente de una hipótesis científica, pasa a ser un sacrilegio y una rebelión; y el que se atreve a tanto no merece el honor de una respuesta científica sino la marginación condescendiente o brutal: ha perdido la contemporaneidad y no tiene sentido dirigirle la palabra.
Eso pasa hoy con el Neoliberalismo. Es un modo de practicar la economía políticaque está alcanzando vigencia planetaria. Pero el que esta práctica haya logrado imponerse no significa la convalidación de sus postulados; sólo atestigua la contundencia de los medios (tanto políticos como económicos).
  "Se ha demostrado que los organismos de decisión política o administrativa no obedecen al tipo de comportamiento altruista que postuló, con cierta ingenuidad, el intervencionismo económico del siglo XX".
El postulado principal del Neoliberalismo es que la competencia pone a funcionar hasta el tope las energías latentes en los individuos que conforman el todo social, y así la extrema movilidad que se genera, tras una etapa dolorosa de ajustes, provoca una sociedad de bienestar. Para que este postulado se realice, el Estado no puede sobreproteger al pueblo: el populismo o la planificacióncentral mantienen al pueblo en perpetua minoridad; al atrofiarle la iniciativa y la responsabilidad lo mantienen no sólo improductivo para la sociedad sino débil y carente de valor a sus propios ojos.
"El liberalismo económico defiende el mercado como instrumento productivo: para asignar los recursos escasos de la sociedad a sus usos o empleos alternativos a través de los precios libre, porque se respeta de ésta manera las prioridades de la gente en esas asignaciones, y no se imponen las de los elencos políticos y burocracia.
Como los precios (libres) de los productosfinales son espejo en el cual los criterios de valorización de la gente se reflejan de manera directa e inmediata, el liberalismo económico defiende también en principio al mercado como instrumento distributivo del producto social; porque es menos imperfecto que los instrumentos estatales.
También sus criterios de distribución reflejan - aunque indirectamente - las preferencias, valorizaciones y prioridades de la gente: los precios de los bienes y servicios finales determinan los precios de los factores - entre ellos el trabajo -; y estos a su vez determinan sus ingresos, que constituyen la vía de distribución del mercado. Los instrumentos estatales de distribución del ingreso en cambio se prestan - no siempre inevitablemente - a diferentes formas de distorsión y corrupción. Entre ellas, la de ser distribuidos o negados en función de criterios discriminatorios".
Igual que la nación tiene que salir al mercado del mundo, el pueblo debe salir también al mercado nacional pagando los servicios y el consumoen su valor real y sometiéndose todos al mercado de trabajo. Tampoco el Estado puede sobreprotegerse a sí mismo y entrar en el mercado como si fuera una corporación privada. El Estado es público; su función sería crear condiciones para que funcione el mercado y velar porque no se alteren. Su finalidad es velar por el bien común, no realizarlo. Ese bien lo realizan los ciudadanos a través de las organizaciones económicas en la concurrencia del mercado.
1.    El Neoliberalismo como Ideología Política
Los neoliberales se dedican a ensalzar la competencia capitalista, afirmando que el mecanismo de esta última garantiza automáticamente las mejores condiciones para la evolución de las fuerzas productivas.
"Una peculiaridad del Neoliberalismo es que combina la exaltación de la libre competencia y de la restauración automática del equilibrio con el reconocimiento de la necesidad de la intromisión del Estado en la economía. Lo peculiar de esta argumentación reside en que la defensa de la intervención del Estado en la economía se presenta como una lucha por la libre competencia".
La argumentación del Neoliberalismo es que la libre competencia es el estado ideal de la economía, pero no siempre puede ponerse en vigor, porque los monopolios la contrarrestan. Esta reacción puede ser superada y la libre competencia puede ser restablecida tan sólo aplicando una serie de medidas de política económica.
La crisis económica de los años setenta altera de manera fundamental la perspectiva de la intervención del Estado. De hecho el dictum de la era reaganiana según el cual "el Estado no es la solución, es el problema", atribuye el exceso de intervención del Estado, el desempleomasivo, la inflación, la debilidad de crecimiento, lo que por supuesto preparaba el campo para la crítica a la intervención estatal en los asuntos económicos.
Desde entonces, se empezó a centrar más el análisis de las políticas públicas, no en los fallos del mercado que pudieran corregirse con las intervenciones del Estado, sino en los fallos del Estado, en el exceso de intervención, en la burocratización, etc.
La teoría de los neoliberales se basa, en forma enmascarada, en la idea del papel decisivo del Estado en la economía, es decir, el rol del Estado debe ser el de promover la competencia.




REPRESENTANTES:

ADAM SMITH:

Adam Smith vino al mundo en Kirkcaldy, pequeño pueblo escocés de pescadores, cercano a Edimburgo, en un día primaveral de fecha desconocida del año 1723 y fue bautizado el 5 de junio del mismo año. Hijo único del segundo matrimonio de Adam Smith, inspector de aduanas, y de Margaret Douglas, quedó huérfano de padre a los tres meses bajo la tutela de su madre, hija de un rico propietario de la comarca, a quien siempre permaneció muy unido.
A los cuatro años vivió lo que parece haber sido la única aventura de su vida: fue raptado por unos gitanos. Tras una desesperada búsqueda por parte de la familia, el niño fue hallado en un bosque en el que había sido abandonado por sus raptores. Luego, sin trauma alguno, continuó siendo un niño bueno, aunque débil y enfermizo, de carácter dulce, prodigiosa memoria y amor al estudio, excelente alumno de la escuela elemental de Kirkcaldy.

ADAM SMITH
A los catorce años abandonó su pueblo natal para ingresar en la Universidad de Glasgow. En este centro se apasionó por las matemáticas y recibió la influencia de Francis Autcheson, afamado profesor de filosofía moral y hombre de fuerte personalidad, cuyas ideas económicas y filosóficas fueron decisivas en la formación de Smith, aunque sólo fuese por su posterior y profunda discrepancia respecto de ellas. Tres años después se graduaba, obteniendo una beca para estudiar en el Balliol College de Oxford. A los veintitrés años de edad concluyó brillantemente los estudios haciendo gala de un profundo dominio de la filosofía clásica y de la de la época. A continuación regresó a Kirkcaldy con su madre para empezar a buscar trabajo.
En 1748, gracias a un amigo de su familia, el filósofo y jurista lord Henry Kames, se le presentó la oportunidad de dar una serie de conferencias en Edimburgo. Lejos de desaprovecharla, durante los dos años siguientes disertó sobre diferentes temas, desde la retórica a la economía y la historia, y se dio a conocer con éxito como escritor con la publicación de algún artículo en la Edimburgh Review. En esta época conoció al filósofo David Hume, quien se convertiría en su amigo más íntimo.
Con las conferencias cosechó un éxito tal que en 1751 le ofrecieron un puesto de profesor de lógica en la Universidad de Glasgow. Tras un año en este puesto, cambió las clases de lógica por las de filosofía moral, que además de resultarle más interesantes estaban mejor remuneradas. Para Adam Smith, se trataba de una etapa de gran creatividad que él definiría luego como el período más feliz de su vida; parecía decidido a seguir la carrera docente e incluso en 1758 fue nombrado decano de la facultad, se reveló como un profesor excelente cuya fama traspasaba las fronteras, y se decía que Voltaire, desde Francia, le enviaba alumnos deseosos de asistir a sus clases y embeberse en su sabiduría.
En Glasgow formaba parte de un selecto círculo integrado por intelectuales, científicos y, sobre todo, por destacados comerciantes dedicados al comercio colonial desde que en 1707, a raíz de su unión con Inglaterra, éste quedara abierto para Escocia. Sus ideas y opiniones sobre el comercio y los negocios representaron una información de primera mano para el futuro economista y, en contacto con dicho círculo, conformó las tesis que cristalizarían más adelante en su obra.
LA MORAL Y LA ECONOMÍA
El primer libro de Adam Smith, The Theory of Moral Sentiment (Teoría de los sentimientos morales), su obra maestra desde el punto de vista filosófico, se publicó en 1759. En ella exponía los principios de la naturaleza humana que guiaban el comportamiento social del hombre, y hablaba por vez primera de «la mano invisible» que sin saberlo y sin proponérselo orientaba el egoísmo humano hacia el bien de la sociedad.
En 1763 recibió una nueva oferta de trabajo que le había de resultar mucho más lucrativa que cualquiera de las tareas que había realizado hasta el momento: preceptor del joven duque de Buccleuch. Renunció a la docencia y en 1764 partió hacia Francia en compañía de su pupilo. En Toulouse pasaron dieciocho meses, en cuyo transcurso Smith combatió el aburrimiento provinciano con la redacción de una nueva obra.
Los viajeros se dirigieron después a Ginebra, ciudad en la que pasaron dos meses; Smith aprovechó dicha estancia para conocer personalmente a Voltaire, por quien siempre sintió una gran admiración. Siguió luego una breve pero provechosa estancia en París; su amigo Hume, secretario de la embajada británica, le introdujo en los más selectos salones de la capital; entre otros, conoció a François Quesnay, médico y economista, fundador de la escuela fisiocrática, que fue la primera que atribuyó de forma coherente a la naturaleza el origen de la riqueza. Los fisiócratas eran acérrimos seguidores de la máxima de Le Mercier de la Rivière, «Laissez faire, laissez passer, le monde va de lui même», que hicieron suya. Parece que influyeron en Adam Smith lo suficiente como para que pensara dedicar a Quesnay el libro que estaba escribiendo, pero la muerte del francés antes de que fuera publicado le hizo cambiar de idea. En 1767 el repentino fallecimiento del hermano menor del duque de Buccleuch, que se había reunido con ellos en Toulouse, les obligó a un precipitado regreso a Londres.


BUSTO DE ADAM SMITH
En la primavera de ese mismo año, Smith se instaló en Kirkcaldy, donde, sin perder contacto con sus amigos de Glasgow, se entregó en cuerpo y alma a la redacción de la obra comenzada en Toulouse, An Inquiry into the Nature of the Wealth of Nations (Ensayo sobre la riqueza de las naciones), que lo ocuparía aún seis años y publicó finalmente en Londres en 1776.
La obra, síntesis original de gran número de elementos preexistentes en el pensamiento económico anterior, fue pionera en muchos campos y pronto se convirtió en su trabajo más difundido. Representaba el primer gran trabajo de economía política clásica y liberal. En ella se aplicaban a la economía, por vez primera, los principios de investigación científica, en un intento de construir una ciencia independiente. Continuación del tema iniciado en su obra filosófica y en base a la misma, mostraba cómo el juego espontáneo del egoísmo humano bastaría para aumentar la riqueza de las naciones, si los gobiernos dejasen hacer y no interviniesen con medidas reflexivas.
El libro alcanzó de inmediato un éxito extraordinario, y a partir de entonces, como si hubiera puesto punto final a una obra casi perfecta, en 1778 se retiró a Edimburgo, de donde apenas salía, salvo para algún viaje ocasional a Londres o a Glasgow, sus únicos contactos con el mundo. Llevaba una vida plácida y tranquila mientras revisaba y corregía sus dos obras capitales. En 1784 la pérdida de su madre, de noventa años de edad, le resultó un golpe tan duro que su propia salud comenzó a declinar, de tal manera que cuando tres años más tarde fue nombrado rector de la Universidad de Glasgow, ni siquiera pudo pronunciar el discurso de apertura.
En lo sucesivo su vida transcurrió en una soledad asistida por la enfermedad y, pese a ser objeto de honores y del reconocimiento general, no fue más que una larga espera del fin inexorable. El 17 de julio de 1790, a los setenta y siete años de edad, fallecía en Edimburgo, en cuyo cementerio de Canongate fue enterrado.
  

FRIEDRICH AUGUST VON HAYEK:

Es probable que Friedrich A. Hayek fuera el más prodigioso erudito clásico liberal del siglo XX. Aunque su premio Nobel de 1974 fue en economia, sus trabajos académicos se extienden mucho más allá de esta ciencia. Publicó 130 artículos y 25 libros que abarcan desde la economía técnica hasta la psicología teórica, desde la filosofía política hasta la antropología legal y desde la filosofía de la ciencia hasta la historia de las ideas. Hayek no era un simple aficionado, era un verdadero experto en cada uno de estos campos. Hizo importantes contribuciones a nuestra comprensíon en, por lo menos, tres campos diferentes de la intervención gubernamental, del cálculo económico bajo el socialismo y del desarrollo de la estructura social. No es probable que volvamos a ver a un académico de tan amplio dominio en las ciencias humanas.
Hayek nació en Viena en una familia de intelectuales el 8 de mayo de 1899. Obtuvo doctorados de la Universidad de Viena (1921 y 1923). Durante los primeros años del siglo XX. las teorías de Escuela Austriaca de Economía, iniciada por los Principios de Economía de Menger (1871), fueron gradualmente refinados y redefinidos por Eugenio Boehm Bawerk, por su cuñado Fridrich Wieser y por Ludwig Von Mises. Cuando Hayek matriculó en la Universidad de Viena asistió a algunas clases de Mises pero encontró que las posiciones antisocialistas de Mises eran demasiado tajantes para su gusto. Wieser, por su parte, era un socialista fabiano cuyo enfoque le resultaba entonces más atractivo, y Hayek se convirtió en su discípulo. Irónicamente, fue Mises, a través de su devastadora crítica del socialismo publicada en 1922, el que alejó a Hayek del socialismo fabiano.
La mejor forma de comprender la vasta contribución de Hayek a la economía y al liberalismo clásico es verla a la luz del programa para el estudio de la cooperación social establecido por Mises. Mises, el gran constructor de sistemas, le proporcionó a Hayek el programa de investigación. Hayek se convirtió en el gran analista. El trabajo de su vida se comprende mejor como un esfurzo por hacer explícito lo lo que Mises había dejado implícito, por reafirmar lo que Mises había esbozado y por responder las interrogantes que Mises había dejado sin respuesta. De Mises, Hayek dijo: "No hay ningún otro hombre al que le deba más intelectualmente". La conexión con Mises se hace más evidente en sus trabajos sobre los problemas del socialismo. Pero la originalidad de Hayek, derivada del análisis del socialismo, permean todo el cuerpo de su obra, desde de los ciclos de los negocios hasta el origen de la cooperación social.
Hayk no conoció a Mises cuando asistía a la Universidad de Viena. Se lo presentaron después de haberse graduado a través de una carta de su profesor, Wieser. Fue entonces cuando comenzó la colaboración Hayek Mises. Durante cinco años, Hayek trabajó bajo Mises en una oficina del gobierno. En 1927, se convirtió en el Director del Instituto para la Investigación del Ciclo Económico, que él y Mises habían organizado. El Instituto estaba dedicado al examen teórico y práctico de los ciclos económicos.
Elaborando sobre la Teoría del Dinero y el Crédito (1912) de Mises, Hayek refinó tanto la comprensión técnica de la coordinación del capital como los detalles institucionales de la política crediticia. Siguieron estudios seminales sobre teoría monetaria y los ciclos comerciales. El primer libro de Hayek, Teoría Monetaria y el Ciclo Comercial (1929) analizó los efectos de la expansión del crédito en la estructura del capital de una economía.
La publicación del libro promovió una invitación de Lionel Robbins para que Hayek diera conferencias en la Escuela de Economía de Londres. Sus conferencias fueron publicadas en un segundo libro titulado "La Teoría Austriaca del Ciclo Comercial", Precios y Producción (1931), que fue citada por la comisión del premio Nobel en 1974.
Las conferencias de Hayek (1930 31) en la Escuela de Londres se hicieron tan famosas que fue vuelto a llamar a la prestigiosa Universidad de Londres y nombrado Profesor Tooke de Ciencia Económica y Estadística. A los 32 años, Hayek había alcanzado el pináculo de la carrera de economista.
La teoría Mises-Hayek sobre el ciclo comercial explicaba el "cúmulo de errores" que caracteriza al ciclo. La expansión del crédito, posibilitada por una baja artificial de las tasas de interés, engañaba a los empresarios: se les hace creer en empresas que de otra forma no hubieran parecido rentables. La falsa señal generada por la expansión del crédito conduce a que los actores económicos malcoordinen los planes de producción y de consumo. Esta malcoordinación se manifiesta primeramente en un "boom" y posteriormente en "una quiebra" en lo que patrón temporal de la producción se ajusta el patrón real de los ahorros y el consumo en la economía.

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